-¿Cuál es su opinión sobre la industria peruana?
-Está un momento raro. Siento que todavía hay demasiadas cosas por hacer. Pero, a veces, se siguen reglas o preconceptos que no dejan que las ideas fluyan de manera más simple. Nos pasó con la campaña de Laive, Manos de mantequilla. Salimos de la habitual historia de una madre en una cocina, desayunando con sus hijos y rompimos ese paradigma. En el camino, nos fuimos enterando de que muchas marcas dijeron: “¿por qué no hacemos cosas como esa?”. Por un lado, es un elogio. Por el otro, es una trampa. ¿Por qué? Porque los clientes quieren replicar fórmulas. Y no hay nada que replicar. Hay que tener un tono de voz propio y hacer cosas diferentes. Cuando eso pase, el mercado habrá tenido una verdadera evolución. No creo que estemos lejos igual de que eso pase.
-¿Cómo se lidia con los bajos presupuestos?
-Es muy complicado. Nos seguimos dando maña para poder hacer mejores ideas con menor presupuesto. Nuestra exigencia es la misma. Cuesta mucho convencer a los clientes que necesitan hacer una mejor inversión para tener un mejor laburo. Con los clientes a los que ya convenciste alguna vez, y vieron los resultados, se te hace más fácil. Pero a los demás tenés que demostrarle el por qué vale la pena hacerlo. La industria está difícil en ese aspecto y estamos todos detrás de ese tire y afloje. Tratamos de no flaquear porque confiamos en el resultado final.
-¿Dónde quedan las ideas en esta industria llena de nuevas herramientas?
-Las ideas van a quedar en el mismo lugar de siempre: el primero. Los desafíos tienen que ver con el aprendizaje, con las ganas de entender nuevas formas, otras maneras de llegar al consumidor, etc. Pero las ideas siempre van a estar por delante. A la gente le gustan las historias que cuentan algo, que los hagan sentir inteligentes. Les gusta sentir que una marca les está hablando a ellos. Y eso no tiene que ver con las plataformas digitales. Tiene que ver con los mensajes. Mientras las marcas lo entiendan, todo funcionará.
-Si pudiera cambiar algo de la industria, ¿qué sería?
-Creo que como publicitarios tenemos que volver a ganarnos una confianza que se perdió en el camino. No hay un sentido de “partners” como debería. Es una mezcla de cosas. Pero, seguramente, tendremos que hacernos cargo de muchos errores cometidos en estos últimos años. Ganarse la confianza cuesta el doble o el triple que antes. Eso sí, si lo lograste, después todo se vuelve más fácil. Estamos tratando de ir detrás de ese objetivo antes que nada. Todo lo demás, llega solo.
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