"La Silla" es una película poco convencional, el protagonista es un hombre que persigue el objeto de su deseo, una vez que su abulia ha cristalizado. Hasta entonces, vivía en un universo donde la vida estaba en off, en suspenso. Un buen día, como quien se examina por las mañanas ante el espejo, se descubre un deseo. Y eso provocará una acción de la que arranca la historia de ésa y otras búsquedas. Sus personajes se cruzan pero no se encuentran. Se hablan, pero no se comunican. Apenas se les brinda la oportunidad de proyectarse los unos en los otros para cerciorarse de que siguen existiendo. No obstante, sólo en ese extrañamiento, en ese confín de no lugares y en el absurdo de los gestos en vano, el tiempo adquiere sentido. Acotada entre la formulación de un deseo y su consecución, la vida adquiere la calidad narrativa del mercurio: un centelleo que parece negar el movimiento porque lo exaspera. ¿Es el compás de espera o la condición angustiada en la que todos vivimos? En su primera cinta en solitario, el director Julio Wallovits, procedente de la publicidad y tras el éxito de su debut con Smoking Room, por cuya codirección obtuvo el Goya a la Mejor Dirección Novel en 2003, elabora un relato que roza lo metafísico por sus abstracciones y la fuerza de sus imágenes. Un proyecto arriesgado que con esa desnaturalización pretende, en palabras del director “que el cine vuelva a generar una emoción que sea más producto del placer estético que de la identificación emotiva con los personajes”. Pendiente de fecha de estreno, se proyectará los días 2,3 y 4 de agosto en el Festival de Locarno en el marco de la sección “Cinéastes du Présent”. "La Silla" tiene un presupuesto estimado de un millón de euros y cuenta con la participación de TVE y TV3 y la colaboración del ICAA y del Institut Català de les Indústries Culturals (ICIC).