Muñecos Antiabuso pretende llegar de forma directa y didáctica a las víctimas potenciales del abuso infantil, promoviendo la prevención a través de la educación. Para lograrlo se diseñaron unos muñecos interactivos que mostrarán a los más pequeños cómo actuar ante este problema. Con la finalidad de instruir a menores de ambos sexos, estos juguetes cuentan con una versión femenina llamada Aramí, y una versión masculina del muñeco llamado Amaru.
Aramí y Amaru, los primeros muñecos antiabuso del mundo, disponen de una mecánica sencilla e intuitiva, ya que a través de un dispositivo de sonido ubicado en su interior, son capaces de emitir mensajes educacionales cada vez que alguien presiona sus partes íntimas. Frases como “No me toques ahí” o “Si me hacés naná le cuento a mi mamá” forman parte del repertorio de mensajes, una guía de actuación que ayudará a construir, en los más pequeños, códigos de conducta a través de las herramientas educacionales más efectivas: los juguetes.
Unos mensajes que se han elaborado tanto en castellano como en guaraní. En una primera fase, alrededor de 500 muñecos serán repartidos en distintos colegios del país y entregados a numerosos referentes de ámbito nacional (conductores de televisión, periodistas, artistas y otros actores destacados), a quienes se les pedirá que apoyen la campaña a través del hashtag #MuñecosAntiAbuso mientras difunden el mensaje principal de la iniciativa, “La Infancia es un derecho que no se Toca”.
En Paraguay, alrededor de 700 niñas quedan embarazadas al año en contra de su voluntad. Ellas son la parte visible de los abusos sexuales a menores, pero son muchas más las víctimas cuyos casos son silenciados o nunca llegan a ser denunciados, algo que también sucede en un elevado número de menores varones.
El objetivo es que, en una segunda fase, nuevas empresas y organizaciones decidan sumarse a la causa para conseguir, entre todos, la financiación necesaria para la fabricación y distribución de más Muñecos Antiabuso.