Keka Morelle: El tal equilibrio

foto nota
(25/03/19). Receintemente promovida a Directora Creativa Ejecutiva de AlmapBBDO, la creativa brasileña trata de analizar, en esta columna exclusiva para LatinSpots por el Día Internacional de la Mujer, el balance para entre familia, trabajo y ser humana.

Caí en el cuento del equilibrio. Creí ser posible que existiera. Entre el trabajo y la familia. Entre la familia y el ser humano que vive en mí. Entre la tecnología y la naturaleza. Entre el trabajo y los amigos. Entre la salud y la diversión. La primera lección que aprendí fue que equilibrio no es compensación. Ya caí muchas veces en ella. Trabajé tanto, voy a comerme un chocolate. Trabajé tanto, mis hijos se merecen un regalo. Trabajé tanto, voy a dar la vuelta al mundo en mis próximas vacaciones.

Pensando más en el tema, llegué a la conclusión de que el equilibrio viene en etapas. Pequeñas, grandes y enormes. División que hice por cuenta propia, basada solamente en mis observaciones, ninguna base científica.

Entonces, en mi clasificación, la etapa pequeña es aquella en la que intento mantener algún equilibrio durante el tiempo entre despertarme e irme a dormir. El plan es: unas 8 horas de trabajo, gimnasia o algún ejercicio durante una hora, comer bien en las cinco comidas, contarles cuentos a los chicos a la hora de dormir, llevarlos y buscarlos en la escuela, socializar con mis amigas y las madres, unas dos horas de lectura, Netflix por 1 hora y dormir 8 horas (¿la cuenta cierra?). Un día de lluvia en San Pablo, una nariz chorreando con fiebre y el lío del día ya está armado. Aceptémoslo. El desequilibrio es lo normal.

He encontrado mi tranquilidad en aceptar que hay días mejores y días peores. Días en los que consigo y días en los que no consigo. Pero la cuenta no puede recaer sólo en la gimnasia y los hijos. Perdón, trabajo, vos también tenés que colaborar en la cuenta. Ok, Netflix también.

La cosa se complica cuando las etapas son mayores. Tener la visión de que estamos en un ciclo largo es importante para pasar por el estrés sin caer, en mi caso, en una barra de chocolate o en una ropa nueva. La etapa más difícil, según yo misma.

¿Y las etapas enormes? Etapas enormes, sólo para que entiendas, son aquellas que nos desesperan, las que creés que nunca se van a terminar.

La primera infancia de mis hijos fue y aún está siendo muy desafiante. Como dice su pediatra: si está fácil, algo está mal. Saberlo es una caricia al alma. Saber que lo normal es lo difícil, es el abrazo de un oso tierno gigante.

Los siete primeros años de vida de un niño son de mucho desequilibrio para los padres. Saber que son años de mucha dificultad, entender que el equilibrio vendrá solamente después de años de resiliencia me salva.

La conclusión de mi gran raciocinio es que la vida está hecha de etapas y que eso no debe resultarte ninguna gran novedad. Saber que lo normal es el desequilibrio salva tu día, tus relaciones, tu profesión y tu salud mental. Encontrar una sonrisa en medio al caos, en aquellos días en los que dormiste 2 horas, en los que el trabajo fue reprobado, en los que te enteraste que vas a tener que trabajar el feriado y que está lloviendo en San Pablo es lo que les deseo, chicas.

Que no perdamos la alegría de reír de nosotras mismas.

Aplausos para nosotras, que nos bancamos las unas a las otras y hacemos que cada una levante la cabeza y respire hondo hasta que las etapas y los ciclos se terminen.

A continuación, en su idioma original:

Caí no conto do equilíbrio. Acreditei ser possível ele existir. Entre o trabalho e a família. Entre a família e o ser humano que vive em mim. Entre a tecnologia e a natureza. Entre o trabalho e os amigos. Entre a saúde e a diversão. A primeira lição que aprendi foi que equilíbrio não é compensação. Já caí muitas vezes nela. Trabalhei tanto, vou comer um chocolate. Trabalhei tanto, meus filhos merecem um presente. Trabalhei tanto, vou dar a volta ao mundo nas próximas férias.

Pensando mais no assunto, cheguei à conclusão de que o equilíbrio vem em fases. Pequenas, grandes e enormes. Divisão que criei por conta própria, baseada apenas nas minhas observações, nenhum embasamento científico.

Então, na minha classificação, a fase pequena é aquela em que tento manter algum equilíbrio durante o tempo entre acordar e ir dormir. O plano é: umas 8 horas de trabalho, corrida ou algum exercício durante uma hora, comer direitinho nas 5 refeições, contar histórias para as crianças dormirem, levar e buscar na escola, socializar com as amigas e mães, umas 2 horas de leitura, Netflix por 1 hora e dormir 8 horas (a conta fecha?). Um dia de chuva em São Paulo, um nariz escorrido com febre e a bagunça do dia está feita. Aceitemos. Desequilíbrio é o normal.

Tenho encontrado a minha tranquilidade em aceitar que tem dias melhores e dias piores. Dias que consigo e dias que não consigo. Mas a conta não pode sobrar só para a corrida e os filhos. Desculpe trabalho, você também tem que colaborar na conta. Ok, Netflix também.

A coisa complica quando as fases são maiores. Ter a visão de que estamos em um ciclo longo é importante para passar pelo estresse sem cair, no meu caso, numa barra de chocolate ou numa roupa nova. A fase mais difícil, segundo eu mesma.

E as fases enormes? Fases enormes, só para você entender, são aquelas que dão desespero, que você acha que não vão acabar nunca.

A primeira infância dos meus filhos foram e ainda estão sendo muito desafiadoras. Como diz a pediatra das crianças, se estiver fácil algo está errado. Saber disso é um acalento à alma. Saber que o normal é o difícil, é o abraço de um urso fofo gigante.

Os sete primeiros anos de vida de uma criança são anos de muito desequilíbrio para os pais. Saber que são anos de muita dificuldade, entender que o equilíbrio virá apenas depois de anos de resiliência me salva.

A conclusão do meu grande raciocínio é a de que a vida é feita de fases e que isso não deve ser nenhuma grande novidade para você. Saber que o normal é o desequilíbrio salva seu dia, seus relacionamentos, sua profissão e sua saúde mental. Achar um sorrisinho no meio do caos, naqueles dias em que você dormiu 2 horas, que o trabalho foi reprovado, que você ficou sabendo que terá que trabalhar no feriado e que está chovendo em São Paulo é o que desejo para vocês, meninas.

Que a gente não perca a alegria de rir de nós mesmas.

Palmas para nós que seguramos a onda umas das outras e fazemos com que cada uma levante a cabeça e tome fôlego até as fases e os ciclos terminarem. 

Agregar a Mi Latin

Compartir

 footer-face footer-face footer-insta footer-whatsapp footer-email footer-instagram

Conoce más en LatinSpots.com

section-pink-register-band

Comerciales Más Vistos

LatinSpots Magazine

Acceda gratuitamente a las últimas ediciones de LatinSpots Magazines

Suscribite
magazines-subscribe

Conferencias EL OJO

Acceda a las conferencias de Latinspots

Ver paquetes
conferences-subscribe

Membresías

Acceda a nuestra membresía para obtener más beneficios

Ver Membresías
membership-subscribe