LatinSpots (LS): -¿Cuál es su balance de estos 13 años con Madre?
Rafael D’Alvia (RA): -Cuando entramos con Seba, la agencia desde afuera daba mucha ilusión. Principalmente por el trabajo que hacía. En ese momento estábamos un poco desencantados con la publicidad. Llegamos a ser Directores Generales Creativos en multinacionales, en un punto donde no teníamos demasiado apego ni cariño a la profesión. Habíamos hecho un camino larguísimo y nos encontramos con una realidad que no estaba buena. Llegamos acá por el grupo de gente, la manera de trabajar y sus posibilidades. A partir de ahí, nos sumamos y apostamos a hacer crecer y ser constructores de esto, no espectadores. Con esa actitud aprendimos muchísimo, construimos muchísimo todos juntos. Estuvo buenísimo todo lo que se logró desde el trabajo, el conocimiento estratégico y del aprendizaje sobre cómo trabajar marcas que tuvimos y fuimos armando todos juntos. Cómo armar equipos, hacer management de una manera diferente y relacionarnos con los clientes de una manera interesante, frontal y efectiva. El aprendizaje fue enorme y, sin duda, nos permite encarar esto con solidez. Lo que nos trajo hasta acá fueron todos estos años y todos los anteriores. Tuvimos la suerte de trabajar con un montón de gente talentosa que nos enseñó muchísimo. El balance es genial, por suerte nos hicimos con una base de trabajo muy poco bullshit. Eso es fundamental. Supongo que si hace falta el bullshit, lo aprenderemos, pero esperemos que no. La base del trabajo es todo, y eso lo tenemos incorporado, lo que es muy valioso.
Alejandro Domínguez (AD): -Un balance de valores, es lo que más rescato desde que empezamos en 2005. Siempre hubo una comunión de valores entre nosotros. Empezamos una agencia nueva con la idea de no repetir vicios o cosas que no nos gustaban de otras agencias en las que habíamos trabajado. Incluso en agencias donde había trabajos buenísimos, pero donde la gente no la pasaba bien. La agencia siempre trabajó de acuerdo a ciertos valores básicos elementales. Está buenísimo que a partir de eso, y sin haberlos tenido que dejar en la puerta, se haya hecho el trabajo y construido la reputación de marcas. Es todo positivo, y una gran base para hacer La América. En todo caso, lo que esto nos da es la adrenalina de abrazar los riesgos solos. Ahora realmente es lo que podamos hacer y hasta donde lo podamos llevar. Y no le podemos echar la culpa a nadie de lo que hayamos logrado y de lo que no hayamos hecho. Muchas veces, en los últimos tiempos con Mother, no nos poníamos de acuerdo en cómo crecer o expandirnos. Ahora es todo nuestra decisión, potencial, habilidad o incapacidad para hacer lo que queramos hacer.
LS: -¿Cómo fue el proceso de cambio de Madre a La América?
AD: -La agencia empezó en octubre de 2005 y hasta diciembre de 2017 nos llamamos Madre. En todo ese tiempo estuvimos asociados a la red Mother en Inglaterra. Ya en los últimos dos o tres años veníamos teniendo discusiones con nuestro socio internacional sobre cuál era el plan a futuro y nuestro próximo paso de crecimiento. La verdad que agotamos las instancias para encontrar algo que de alguna manera nos dejara a todos contentos. Es por eso que en diciembre de 2017 terminamos de ponernos de acuerdo con nuestros ex socios para hacernos cargo de la agencia, y que se convierta en esto que hemos dado en llamar La América. Con Rafael D’Alvia, Keke Roberts y Sebastián Stagno.
RA: -La verdad que con Mother tampoco teníamos una dinámica de clientes alineados o de trabajos en conjunto. El negocio lo manejábamos nosotros. Obviamente, teníamos obligación de que se sostuviera y creciera para el bien de la red. Eso es lo bueno de la relación, que uno sienta que está haciendo las cosas por su cuenta. La parte positiva que tiene es depender de uno mismo, porque eso nos hizo crecer. Hace mucho que pensábamos en la separación, y se fue dando naturalmente. Cuando la relación se fue alejando, estábamos cada vez más convencidos de hacerlo, y al final nos pusimos de acuerdo. Algo que tampoco es demasiado fácil porque son cuatro socios embarcándose en el mismo proyecto a largo plazo.
AD: -La mayoría de los clientes eran de Madre. Si bien el management era local, el equity no lo era. Lo cual era una de las cosas que no nos cerraba en la ecuación. Aunque es entendible que Mother tenga la mayoría del negocio de una agencia de su red. Y eso también fue una de las cosas que desembocó en la separación natural de la agencia. Habíamos decidido que los cuatro queríamos trabajar juntos, más allá de la agenda personal de cada uno. Los cuatro tenemos agendas de vida y una relación con la agencia distintas. Esto desembocó en que la agencia se transformara en La América con el equipo y clientes que tenía. La idea era armar otra cosa porque justamente la mayoría de la compañía no era nuestra. No teníamos la potestad para que pase a ser nuestra. Y se dio que la estamos armando en base a lo que habíamos construido, lo cual está buenísimo.
LS: -¿Cómo definirían la filosofía de La América?
RA: -Tenemos un eslogan interno: Honestidad, Trabajo y Ambición. Honestidad referida a la honestidad económica y la frontal para hacer el negocio con nuestros clientes y productoras. Del mundo que nadie habla de la publicidad, sobre cómo se manejan los negocios y cómo las compañías ganan dinero en Argentina y en el resto del mundo. Nosotros lo hacemos diferente. Esto siempre nos pone el mote de “caros”, cuando pasamos un fee. Pero no es así, tiene que ver con la honestidad para hacer el negocio. Nos parece clave, y da una tranquilidad enorme para trabajar en todo sentido. Por otro lado, nos hace producir de una manera mucho mejor. A veces nos preguntan cómo hicimos para filmar un comercial. Respondemos que simplemente usamos todo el dinero de un cliente para filmar. Esto brinda una tranquilidad enorme y una calidad de laburo más alta que el promedio. Y honestidad en las relaciones, cómo nosotros nos llevamos entre nosotros y con los clientes, directores, fotógrafos e ilustradores con quienes trabajamos. Es todo muy de frente, hablamos las cosas, las decimos y no tenemos miedo de discutir con gente que es nuestra socia en algunos momentos. Pero nos peleamos con el objetivo del trabajo. Decir la verdad y recibir la verdad.
LS: -¿Cómo reaccionaron los clientes durante el proceso de separación de Mother?
Sebastián Stagno (SS): -El planteo inicial con los clientes tenía que ver con que, si bien había un cambio profundo para nosotros, para ellos no lo iba a haber. En el fondo, el equipo iba a ser exactamente el mismo, las instalaciones, nosotros, nuestra dedicación, nuestro tiempo y nuestro lugar. Con lo cual le ofrecíamos a priori lo mismo, con la idea de que después sea mejor. Insisto en que para nosotros era un cambio gigante, y los clientes lo tomaron bien porque tenían mucha más relación con nosotros que con la red. Porque estábamos en el día a día y los atendíamos, ninguno estaba acá por alineación, por una bajada o porque vinieron puntualmente por una situación de la red. Obviamente, la red te da una escala y algunos se sienten más tranquilos con eso. Pero la verdad es que estaban acá por el trabajo que habían visto, con lo cual lo tomaron muy bien. Nos concentramos en que el trabajo no se viera perjudicado y que mantuviera nuestro nivel de siempre.
AD: -El trabajo de la agencia tuvo un buen año de reconocimientos, en un período difícil por todos los cambios. Quiero destacar que durante este proceso de separación no hubo conversaciones sencillas con los clientes. Y la verdad es que nos apoyaron mucho siempre, con cualquier alternativa. Eso estuvo buenísimo, porque el apoyo que tuvimos fue muy estimulante. Y eso también permitió que el cambio fuera realmente suave, y de la mejor manera para todos.
LS: -¿Cómo se imaginan a La América de acá a cinco años?
RA: -Primero mudados a un lugar muchísimo más grande. Porque cuando uno va a un lugar más grande se le ocurren más cosas que en un lugar pequeño. Después, también teniendo clientes acá y con un crecimiento hacia afuera. Probablemente no del mismo tamaño que acá pero sí empezar a tener un trabajo hacia afuera, que sea algo normal para nosotros. Que sea lógico salir a hacer consultoría. Seguir generando y escalar en lo que hicimos los últimos tres o cuatro años, que tiene que ver con generar un cambio en marcas. Meternos en problemas grosos, y poder sentir que sacamos a la marca de ese problema y empezamos a encontrar soluciones. Lo que hacemos acá, hacerlo más grande.
AD: -Imagino una marca con muy buena reputación global. No por la globalidad como objetivo, sino porque lo que uno busca es que lo que hace tenga el mayor impacto posible en las compañías. La escala te da esa posibilidad de multiplicar el impacto de lo que uno hace.
RA: -Sobre todo poder seguir teniendo la calidad que tenemos con cosas cada vez más visibles y más grandes. Que también nos permitan ir hacia afuera, porque es divertido hacer otras cosas con otras compañías, escalas y culturas. Nuestro trabajo nos lleva a investigar qué pasa en otros países y mercados. Y hay un montón de cosas que ya nos divierte entender por nuestra manera de trabajar. No solo trabajar hacia afuera para ver más lugares, sino que eso lleve a recorrer cosas que hagan divertida la diaria. Si no tenemos una diaria divertida, estamos en el horno. Queremos llevar un esquema en donde nos guste lo que estamos haciendo y podamos crecer. Si eso conlleva volvernos más grandes o tener oficinas, no lo sé. Hace años elegimos trabajar a largo plazo. Porque sin dudas el negocio tiene que ver con cómo uno la pasa. Ahí, la elección sigue siendo que el trabajo y la diaria estén buenos, y que la diaria esté buena, para pasarlo lo mejor posible haciendo un negocio. No al revés.
FOTO: Alejandro Dominguez, Keke Roberts, Rafael D´Alvia y Sebastián Stagno.
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