Desde La América cuentan la historia que da origen a esta campaña: “Se dice que la familia Lucchetti alquiló una quinta en Ezeiza, justo al lado del predio donde entrena la Selección. En un momento, una pelota terminó en su jardín y entonces aparecieron ellos, preguntando: Señora, ¿nos pasa la pelota?”.
“Por supuesto, la respuesta fue un sí rotundo: ‘Quédense a comer, prueben los fideos que están buenísimos, y por qué no se quedan un rato más’. Así, todos terminaron compartiendo la misma casa. Cuatro durmieron en el living, cuatro en el cuarto de huéspedes y dos en el altillo. Un 4-4-2, para ser exactos”, concluyen la narración.
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