Con la idea de que moverse es la única manera de transformarse, la campaña transmite que la vida se vive como un deporte: se entrena, se prepara, se lo da todo. Ya sea para destacarse en una cancha, estudiando, pintando, cantando o bailando, lo esencial es no quedarse quieto. María Becerra encarna esa actitud: no llegó donde está por casualidad, sino porque se movió para estar ahí.
“Para construir una marca como Reebok se necesita constancia, actitud, esfuerzo, ganas y disciplina; para construir una estrella como María Becerra, también. Desde Almacén nos propusimos contar este match entre Reebok y María con una campaña que levante todos esos valores de manera potente y relevante para las nuevas generaciones”, expresaron Damián Palopoli y Santiago Ledesma, Directores Generales Creativos de la agencia.
“En Reebok trabajamos para devolver la marca a su lugar de origen, reforzando nuestro ADN disruptivo y auténtico -señaló Santiago Martin, Brand Manager de Reebok-. La llegada de María Becerra como embajadora es un paso clave en este camino. Su historia, su disciplina y su actitud irreverente conectan con nuestra esencia: motivar a las personas a moverse, a desafiarse y a entender que el deporte no termina en una pista o una cancha, sino que se vive en cada escenario de la vida. Porque para nosotros, como para María, el deporte es todo”.
La producción del comercial estuvo a cargo de Ladoble, bajo la dirección de Martín Donozo. “Desde que recibimos el guion, el desafío fue entender cómo darle vida a este manifiesto con la voz y el espíritu de María Becerra. Trabajamos muy de cerca con la agencia Almacén y, juntos, llegamos a una campaña que nos representa y también, sobre todas las cosas, la representa a ella”.
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