Hace unos meses nació en Marielos la idea de tatuar, se convirtió entonces en alumna nuevamente y estuvo durante 10 domingos seguidos tomando clases de 8 horas diarias con un gringo old school, hasta que el maestro le dijo que ya era necesario comprar máquinas propias y después de algunos trámites complejos en un viaje a los Ángeles, tuvo sus maquinas.
El primero en caer fue Alonso, asistente de arte, quien figura en la foto uno y dos con la flor y el nombre de su hija.
Luego se sumó Juan José uno de los directores de la agencia, que inició retocando un tatuaje anterior y terminó con uno completamente renovado.
"A la Mari le gusta tatuar y lo hace muy bien la neta, por eso la apoyamos desde el principio, porque siempre se dedica 100 % a las tareas que emprende, nunca deja nada a medias", expresaron sus compañeros.
La Comuna vive de los comerciales de televisión, pero también filma videoclips a bandas emergentes en Costa Rica, ideas de bien social para instituciones sin fines de lucro, algunos de sus miembros escriben historias, otros dibujan, otras se dedican a la actuación en teatro, algunos hacen muebles y otros sueñan con un mundo más lógico, "todos juntos sabemos que el cine es un destino seguro para La Comuna, pero cada cosa tiene su tiempo", reconoció el equipo.