El segundo film se centra en la población joven, mostrando a un grupo de jóvenes disfrutando de unas copas, reunidos en una casa, sin ningún tipo de medidas de seguridad y cuidado, como la distancia social o el uso de máscara.

Bajo la premisa de que esa copa puede ser la última, el anuncio termina con una imagen impactante de una de las chicas que estaba en la fiesta, ahora en el hospital internada. Además, la campaña recuerda que las secuelas del coronavirus pueden ser para toda la vida.

“La última copa” busca concientizar a la población más joven, en donde hoy se encuentra el mayor porcentaje de contagios en el archipiélago, ya que el hecho de sufrir menos los efectos de la enfermedad, no están siendo conscientes ni preocupándose tanto por los riesgos.

El anterior spot, "El último regalo", muestra a una familia reuniéndose para celebrar el cumpleaños del padre. Ninguno de ellos se lava las manos, ni tiene mascarilla, ni guarda distancias, ni evitan el contacto estrecho. Tras soplar las velas, el anciano cumpleañero abre el último regalo, un respirador, que es lo que necesitará en la siguiente escena, donde ingresa en la Unidad de Medicina Intensiva, tras haber contraído COVID-19.