El gobierno federal, el mayor anunciante de Brasil, redujo sensiblemente los gastos de publicidad en este fin de año. Las emisoras esperaban que, después de la victoria de Lula, el gobierno "abriese las puertas", que estaban cerradas durante la campaña electoral debido a las restricciones legales. Pero eso no ocurrió. La publicidad, según las emisoras de televisión, sigue llegando en cuenta gotas. Según estas empresas, el gobierno sólo está cumpliendo contratos asumidos anteriormente, como los patrocinios de telediarios y eventos, como Pan de Río. Además, hay algunas campañas cortas, como una del Banco de Brasil y otra del Ministerio da Salud. El principal problema sería la indefinición del gobierno, ante muchos técnicos, secretarios y ministros que no continuarán en sus cargos. Folha señaló también que Secom (Secretaría de Comunicación Institucional), ligada a la Presidencia, tiene priorizada la resolución de problemas apuntados por TCU. Y además, Caixa está buscando agencias. La reducción de los gastos oficiales ya afecta a las redes. En Band, por ejemplo, el impacto fue del 5% sobre su receta global. Secom niega que haya sufrido recorte en sus gastos. Afirma que las "campañas están normales" y que las estatales "están cumpliendo con lo planeado".