La agencia se basó en carta reales dejadas por personas que atentaron contra su propia vida. Los textos fueron reescritos, utilizando las mismas palabras, de forma con la que los autores llegaron a distintas conclusiones.
“Ese acto de reescribir su propia vida para reorganizar sus ideas, es un concepto fundamente de la actuación de CVV”, comentó Adriana Rizzo, voluntaria de CVV.
“Muchas personas vienen a nosotros porque las emociones se les acumulan sin poder resolverlas por completo, lo que dificulta la claridad sobre las situaciones de la vida. Para sentirse aceptado y sin presiones o cargas, esa persona reorganiza sus pensamientos durante conversaciones con los voluntarios del CVV, para así encontrar otras salidas", explicó Adriana.
Diferente de lo que muchas personas creen, el suicida pide ayuda e intenta otras soluciones hasta el acto final, sin embargo, la falta de consentimiento y de comunicación reduce las chances a la prevención de suicidios. OMS apunta que nueve de cada diez suicidios podrían ser evitados.
“Por lo menos 25 brasileños mueren por actos de suicidio”, afirma Adriana. “La idea suicida es mucho más común de lo que se cree. Un estudio de Unicamp apunta que el 17% de los adultos ya pensaron seriamente en matarse”, completa.
CVV es un servicio gratuito y realizado exclusivamente por voluntarios desde su fundación, en 1962. La entidad ofrece apoyo emocional a personas que sienten necesidad de conversar de forma abierta y acogedora, sin recibir críticas o juzgamientos, al teléfono (141), Skype, chat, e-mail, carta o personalmente.