Dirigido por Tony Barry, de Knucklehead, el último comercial de la agencia londinense para la popular cadena de comidas rápidas ironiza sobre las diferentes maneras de servir un café, las cuales, a veces, suelen ser algo rebuscadas.
Tazas en miniatura, menús confusos, precios exorbitantes, cafés que vienen en tarros de mermelada con pajitas, contraseñas de WiFi extravagantes y mesas de tenis en lugar de asientos confortables son algunas de las últimas tendencias que utilizan comercios de esta categoría para ofrecer sus productos.
En este contexto, McDonalds les recuerda a sus consumidores que, más allá de las ideas alocadas y el estilo hipster de otros comercios, en sus locales se puede comprar café de calidad a buen precio y tomarlo en un ambiente adecuado; despegándose de las modas alocadas que suelen confundir a los clientes.