Leo Burnett y Greenpeace salvan ballenas desde el corazón del pueblo japonés
(18/04/07). Leo Burnett presenta su nuevo trabajo animado para Greenpeace, realizado con la coordinación de la oficina argentina de la red y liderado por el COO de la región, Alexandre Okada. El comercial fue ideado para el mercado japonés y dirigido Koji Yamamura, un reconocido realizador oriental. Por primera vez, Greenpeace se pone en el lugar de los japoneses.
La lucha contra la caza de ballenas en Japón, es el tema principal de este spot animado realizado por Leo Burnett a nivel global y coordinado desde la oficina de la red en Buenos Aires.
A continuación, Alexandre Okada, COO de Leo Burnett para la región, habla sobre cómo ganaron la cuenta de Greenpeace y sobre cómo fue el desarrollo de la campaña para salvar a las ballenas
-¿Cómo obtuvieron la cuenta de Greenpeace?
-La organización Greenpeace, tiene dos oficinas importantes que son los centros de coordinación, oficinas más grandes que hacen cosas más elaboradas: Buenos Aires y Amsterdam. Buenos Aires hizo un pitch hace pocos meses en el país e invitó a cincuenta agencias para participar, y al enterarse aparecieron propuestas de mil agencias de todas partes del mundo. Ellos seleccionaron cien y de esas cien, hicieron otra selección, ya con entrevistas, donde quedaron diez. Entre las últimas diez hicieron un pitch sobre el conflicto de las papeleras entre Argentina y Uruguay, del que eligieron dos agencias chicas para hacer el trabajo de Greenpeace local y nos seleccionaron a nosotros para trabajar de manera global. Cuando digo globalmente, es porque tenemos una campaña en proceso de producción, y cuatro spots ya hechos desde Leo Burnett Estados Unidos y coordinados por Leo Burnett Argentina, además de una campaña de Leo Burnett China. Por otro lado, también produjimos una animación para el mercado japonés contra la matanza de ballenas, que realizó Koji Yamamura.
-¿Qué puede contar sobre la campaña para Japón?
-Nosotros tuvimos una serie de reuniones con la gente de Greenpeace para comprender la situación, porque la matanza de ballenas es una problemática muy compleja. En Japón, pelean contra la caza de esta especie desde hace 25 años, y tienen serio un problema de percepción del público. En primer lugar, nosotros mostramos que la imagen de Greenpeace en Japón es muy mala, son vistos casi como terroristas. Lo que hizo la organización a través de todos estos años fue un discurso racional de por qué no cazar ballenas, a través de ataques frontales contra el gobierno o las empresas para presionarlos delante de la opinión pública mundial para que terminasen con eso. En Japón todo esto sucede al revés, no se puede atacar una institución como el gobierno, o una empresa. Si se quiere pelear con ellos, hay que hacerlo dentro de las reglas. Anteriormente, se hicieron muchas cosas con shocking emocional, con ballenas muertas, mucha sangre, y a lo largo de los años perdió el impacto y la fuerza. Nosotros propusimos cambiar el tono de voz de Greenpeace, hacer una campaña mostrando otra cara de Greenpeace, una más positiva, pero con el mismo mensaje poderoso que llegue a la gente.
Por otro lado, la caza de ballenas en Japón es un asunto político, no genera plata y hasta da pérdidas, ya nadie come la carne de ballenas. También es una cuestión de tradición, orgullo y valores nacionales, hablar con los japoneses de las ballenas es como hablar con los españoles de las toradas, convirtieron el tema de la caza de ballenas en una situación de los occidentales contra Japón y no de los tipos a los que les gustan las ballenas contra los que las cazan. Además, en Japón, la mayoría de los adultos, mayores de 40 años, comieron carne de ballena en el pasado, y la cultura oriental tiene mucho respeto por los viejos. Piensan que no puede ser malo comer carne de ballena, si sus padres o sus abuelos lo hicieron. Es un choque de valores, en quién confías más en tus padres, en tus abuelos o en estos locos de Greenpeace.
Nuestra propuesta fue, que en vez de seguir diciendo que cazar ballenas es malo, debíamos encontrar una explicación para este asunto. Porque sí en el pasado podía suceder y ahora ya no más.
-¿Cómo fue el desarrollo de la idea?
-La caza de ballenas era la principal fuente de proteínas del pueblo japonés después de la guerra, ellos usan eso como bandera. Así, entonces, pueden seguir cazando. ¿Qué hicimos nosotros? Intentamos creamos de alguna manera, un pacto entre las ballenas y el pueblo japonés, porque cuando los japoneses más necesitaron ayuda, las ballenas salvaron a sus niños, y es esta su hora de pagar esa deuda. Para esto, decidimos crear un cuento de animación que de alguna manera transmita esos valores al pueblo de Japón.
El problema fue que la imagen de Greenpeace presenta tantos problemas en el país, que al principio la agencia de Leo Burnett allá, no quería trabajar en ese proyecto, ni tampoco ninguna productora. Entonces yo fui a Japón, e hice una presentación para ellos. A partir de esa presentación los tipos cambiaron de idea y decidieron que querían trabajar porque les parecía un punto de vista totalmente diferente, un punto muy positivo. Les mostramos el proyecto a dos animadores, y a Koji Yamamura, que es el número dos del país, le encantó y entró en el proyecto. Esa fue nuestra primera victoria: conseguir algunos japoneses para entrar en el proyecto.