Leo Farfán se despide de JWT Chile, agencia en la que estuvo durante ocho años liderando la creatividad de la compañía. “Partir de la red JWT es difícil, es una red maravillosa, la colaboración entre las diferentes oficinas es alucinante y de verdad existe. Uno siente que no solo trabajas en tu país si no en el mundo entero. Es una red que se va adaptando diariamente a todo. En Latinoamérica no solo compartí con los mejores directores creativos de la región, trabajé con amigos de verdad y eso no lo voy a olvidar jamás”, aseguró.
Ante la pregunta de por qué se fue de JWT Chile, Farfán aclaró: “La respuesta es simple, en este fascinante momento que vive nuestra profesión, tengo diferencias con la actual dirección de JWT Chile y su línea editorial. He decidido dar un paso al lado después de ocho años a cargo de la creatividad de esta linda oficina, porque amo mi profesión, amo esta agencia y siempre me han movido los cambios. Tengo un sueño de oficina inspirado totalmente en las personas y sus ideas”.
Con respecto a la actualidad de la industria publicitaria en Chile, comentó: “Hoy más que nunca necesitamos empresas con ideales, nuestra industria en Chile necesita volver a creer en grande, hay que retomar esa relevancia social y cultural que tuvimos en algún momento. Eso se consigue con el corazón y desde cada oficina. Nuestro país está lleno de talento, sólo hay que volver a ordenar las prioridades para que nuestro negocio y nuestra creatividad mejoren de verdad”.
Finalmente, hizo un balance de lo que vivió durante este tiempo en la agencia: “Ocho años en la casa Walter Thompson ha sido una vida. Una vida maravillosa. Lo di todo, pasó todo. Aprendí, sufrí, ganamos, perdimos. Trabajé con más de 90 creativos. Ganamos 125 premios: 43 internacionales y 82 nacionales. Le dimos los primeros 5 Leones de Cannes en la historia de JWT Chile. Tuve el lujo de trabajar con Fernando Vega Olmos. Fui invitado a tres Global Creative Challenge como jurado. Aprendí en cada Foro Creativo Latam. Vimos dos mundiales. Traje cuatro cuentas personalmente. Luché por la igualdad de género con hechos, no con discursos. Terminé con un departamento creativo soñado y por último trabajé con los tres mejores directores creativos, Mariella Rivera, Pablo Herrera y Felipe Porte”.
“Me voy feliz. En este momento estoy en un proceso de cambio profundo, de aprendizajes y eso me encanta. Me gusta mucho trabajar. No tengo miedo, tengo ideas”, culminó.