Cada vez que me han hecho alguna entrevista sobre mi trabajo dirigiendo la estrategia de marketing de un banco hace ya varios años, hay una pregunta recurrente: ¿Es difícil siendo mujer?
Y lo cierto es que en el único momento que verdaderamente reparo en ese hecho es cuando desarrollo la respuesta. No me malentiendas. Claro que no ha sido fácil, como nada que vale la pena. Pero nunca me detuve a pensar en mi condición de mujer y en la dificultad adicional que eso suponía. Pensaba y mucho, pero en ser la mejor en lo que me tocara emprender. Sin embargo hay cosas que tuve muy claras desde el principio.
Una de ella es NUNCA quedarme callada. Si eres mujer, joven y relativamente guapa no falta el machista o envidioso/a que te tacha de calabaza, más aún si te quedas callada. Así que como el silencio otorga, nunca te quedes callada.
Puedo ser vegana, pero nunca renunciaré a los huevos. No hay día que no me despierte y piense: hoy es el día para hacer una pequeña o gran revolución. Me gusta sentir miedo, me estimular, me hace sentir viva, porque esa sensación de angustia y de vacío en el estomago significa que estás ante el nacimiento de algo grande. Sin valentía, sin atrevimiento, sin garra es muy difícil cambiar las cosas. Si hay algo a lo que no voy renunciar nunca en esta vida es a tener huevos, a buscarle las tres patas al gato, así muera en el intento.
“Cuando Pienses en Volver” es la campaña de BBVA Continental Perú que grafica perfectamente lo que comento, es la que más riesgos y miedo me ha producido, y a la vez, la más entrañable. Luego de recibir una serie de premios como Effies, Digis y 2 leones en Cannes, recuerdo que le dedique estos premios, no a todos aquellos buenos momentos, sino a los malos. Porque como siempre digo, la innovación tiene que doler. Pero el resultado es tan maravilloso que aguanto como “macha”.