-Después de más de un año y medio de pandemia, ¿cómo está Panamá hoy en términos económicos y sociales y cómo su realidad ha afectado a los anunciantes, los consumidores y en particular a su industria publicitaria?

-Obviamente, la contracción de la economía, el desempleo, la pérdida del poder adquisitivo, han castigado a clientes y agencias. En el caso de nuestra industria, a pesar de las dificultades que las agencias han enfrentado para salir adelante, la demanda de trabajo, proactividad y la exigencia de mantener un alto estándar de calidad, no solo no bajó, sino que subió. En este contexto, y con la incertidumbre que han vivido los clientes, creo que han salido fortalecidos quienes trabajaban o trabajaron una relación estrecha con los clientes, y quienes no lo hacían así, se han debilitado. En lo social, nos debemos un debate de temas que no se han hablado tan a fondo. Por ejemplo, cómo se ha visto afectada en nuestros países la educación en este período.

-¿Cómo ha vivido la pandemia y que aprendizajes tuvo?                                                                                                      --En mi etapa en Panamá, al comienzo de la pandemia, teníamos muchas dudas de cómo nos adaptaríamos al formato remoto, sin embargo, debo decir que lo hicimos bastante bien. No nos tardamos en designar y formar responsables para el área de eCommerce, tuvimos cambios en el liderazgo digital, tanto de medios como creativo e, incluso, tuvimos la oportunidad de darle a talentos que ya estaban en la agencia la oportunidad de crecer. El equipo hizo un grandísimo esfuerzo en mantener el nivel del trabajo. 

-¿Cuáles son los mayores desafíos de la industria creativa en Centroamérica?

-Siento que, más allá de tendencias y tecnologías, esta industria sigue latiendo por las ideas y por las personas. En ese marco, el desafío de las agencias es asegurarse de generar una cultura que garantice el mejor clima laboral posible y metodologías para potenciar a su gente. Es una profesión que, como sabemos, demanda mucha resiliencia, energía y tiempo del mundo personal. Con el home office, todos hemos valorado la experiencia de trabajar estando más cerca de nuestra gente e intereses. No podemos aplicar esquemas pre-pandemia, si queremos la mejor expresión de cada persona. En medio de esta locura, hay que darse tiempo para la empatía, conocer al otro, sus motivaciones, su background y así podemos tocar las fibras para que desarrolle su potencial.

-¿Cuáles son las principales demandas de los anunciantes de Centroamérica hoy?

-La principal necesidad de los clientes es la de anticiparnos a los desafíos que se han ido presentando en todos los campos. Desde las dificultades para filmar en los primeros meses de pandemia, o la transformación digital, a la permanente flexibilidad que hay que mantener para ejecutar campañas en contextos inestables. En Centroamérica, también es clave para las agencias que trabajan en el formato regional, mantener actualizada la información del consumidor de cada mercado, ya que a diferencia de lo que puede creerse desde otras partes del mundo, la realidad de un país es muy diferente a la del otro.

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