Regionalmente, los consumidores latinoamericanos de clase media buscan sabor y satisfacción, en vez de opciones saludables y seguras, cuando se alimentan fuera de casa. Cuando se les pregunta en las calles sobre cuáles marcas vincularían a una alimentación saludable, una cuarta parte de los encuestados no logró establecer vínculos con ninguna compañía. Y su gasto promedio con alimentación fuera de casa es de US$ 15 por semana. Estas son las principales conclusiones a las que arribó el proyecto "Truth About Street", una nueva línea de investigación que McCann Worldgroup, la mayor red de agencias de comunicación del mundo realiza a través del contacto directo entre sus colaboradores y la realidad de la calle.
La iniciativa representa la continuidad de la larga tradición de McCann en investigación de consumer insights, e integra la plataforma global de estudios de la red, el Truth Central. “Desde McCann buscamos conocer y convivir con el consumidor con el objetivo de construir las marcas que cuidamos respetando nuestro método de trabajo “La verdad bien dicha” y hacer crecer su participación en el mercado”, explica Luca Lindner, Presidente McCann Worldgroup Americas.
Lindner agrega: "El estudio confirma la percepción de que la calle pueden ser una fuente importante de nuevos ingresos para las marcas de alimentos y bebidas. También identifica las actitudes hacia los alimentos y las preferencias específicas nacionales y regionales, haciendo visible nuevas oportunidades de acción para las marcas”.
La calle: un mercado de gran potencial económico
El estudio confirma la percepción de que la calle es un lugar repleto de oportunidades para el consumo de productos alimenticios, tanto del punto de vista del posicionamiento de las marcas como de las cifras manejadas por el mercado de alimentación. Al proyectar el gasto promedio de US$ 15 por semana (tres ocasiones de consumo en ese período), el estudio muestra que el consumidor de las clases C y D - gasta un promedio de US$ 720 por año. Haciendo una proyección a la población de clase media económicamente activa del continente –aproximadamente 177 millones de personas– se estima que ese mercado representa US$ 127 mil millones en consumo. En el ámbito regional la investigación alcanzó 12 mil registros, y los resultados estadísticos posibilitaron el descubrimiento de las 10 grandes verdades sobre la comida de la calle en América Latina.
Las verdades
1- Bienestar es sentirse bien ahora
Al consultar sobre marcas de bienestar y salud, muchos identificaron marcas completamente vinculadas al placer, como McDonald’s, Coca-Cola, cervezas y hasta ciertas marcas de aguardiente.
El concepto de bienestar está más directamente relacionado a la felicidad y satisfacción.
2- Lo que no mata engorda
Gran cantidad de entrevistados no se preocupaban con las condiciones del local, se observaban muchos sin nombre, repletos de gente y en precarias condiciones de higiene.
Existe una demanda mucho mayor en relación a la salubridad e higiene de la comida de casa. En relación a la calle, las personas tienden a hacer la “vista gorda” para lo que consumen, e incluso, bromean con la situación.
3- La comida de la calle es más sana de lo que se imagina
La calle ofrece una cantidad enorme de frutas y verduras como opción de alimentación, y en muchos casos, son opciones más baratas que el fast-food.
4- Ley de compensación: una balanza “nutritiva”
Debido al consumo de alimentos poco saludables, gran parte de los entrevistados busca equilibrar la comida con bebidas naturales o dietéticas, como una forma de compensación: beber jugos, refrescos y vitaminas permiten compensar el mal de la comida grasa/calórica.
5- Comida con sabor casero es más apetitosa
Cerca del 63% de los entrevistados señaló que la comida de la calle, cuando presenta un sabor casero y familiar, es más apreciada.
6- Las bebidas y gaseosas refrescan, además de saciar la sed
Los refrescos son, normalmente, consumidos para acompañar una comida y aliviar la sed –principalmente en países más cálidos–; sin embargo, cuando se está en la calle, con prisa y sin mucho dinero, una bebida también puede saciar el hambre y hacer de aperitivo.
7- Precios fijos ayudan en el control de gastos
Los precios fijos de las ofertas permiten que el consumidor haga su planificación financiera y evite sorpresas en su presupuesto, cálculos complejos y valores estables.
8- Las marcas de productos alimenticios son casi invisibles
El estudio muestra también el gran camino que será recorrido por las marcas en búsqueda de la notoriedad junto a ese público. Cuando se les preguntó cuáles marcas se relacionaban a salud y al bienestar, las personas llegaban a confundir marca con categoría de producto.
Cerca del 24% de los entrevistados no recuerda ninguna marca de comida y bebida relacionada a la salud. Entre los que mencionaron marcas de comida vinculada a la salud, el 30% indicó Nestlé, el 15,5% marcas locales y el 11% Danone. Sigue en orden decreciente Bimbo, con el 6% de menciones, Kellogg´s con el 5%, Unilever con un 3%, y Kraft con el 2%.
En la categoría de bebidas relacionadas al bienestar, el 21% no recordó ninguna marca. Entre los que mencionan nombres de empresas, Coca Cola lidera el recuerdo de marca con el 29% de las menciones, seguida por el 16% de referencias a las marcas locales, el 14% a Nestlé, 11% Danone, el 4% a Unilever y el 3% a Pepsi.
9- Un ingrediente puede hacer toda la diferencia
La investigación identificó la presencia notable de un ingrediente en la dieta de cada región del continente, cuya apropiación por parte de la industria alimenticia puede favorecer una inserción más rápida en el mercado consumidor. En Brasil se observó la presencia notable de la mandioca; en Argentina, Paraguay y Uruguay, del mate y de la carne bovina; en la Región Andina, la base de la culinaria de la calle es la papa; y en América Central, Caribe y algunos países de América del Sur, la banana está muy presente, mientras que en México y algunos países de América Central, se verifica la presencia del maíz.
10- La calle educa el paladar desde su infancia
Los niños reciben la gran influencia de los padres y adultos que conviven con ellos, y son consumidores responsables de la educación de los hábitos de consumo de la comida de la calle.
Diferencias entre los mercados latinoamericanos
#EL BRASILEÑO COME MENOS EN LAS CALLES QUE SUS VECINOS LATINOS.
El 36% de los brasileños afirma comer en la calle más de una vez por semana; en Puerto Rico y Costa Rica, representan el 39%; en México, el 43%; en Argentina, el 44% y en Perú, el 46%.
#BRASIL Y ARGENTINA SE DESTACAN POR LA PRESENCIA DE PUESTOS.
En Brasil y Argentina la mayoría de los puntos de consumo de comida son puestos (78 y 73,5%, respectivamente), en Puerto Rico existen más carritos de comida (41,5%).
#EL BRASILEÑO ESTÁ ENTRE LOS QUE MENOS RECUERDAN MARCAS DE BEBIDAS Y ALIMENTOS RELACIONADOS A LA SALUD.
En Brasil el 26% no recuerda marcas de alimentos relacionados a la salud, en Chile, ese número es 27% y en México al 12%.
#PUNTO COMÚN EN TODA AMÉRICA LATINA: LA BÚSQUEDA POR EL SABOR.
El sabor es la búsqueda de todo latinoamericano: el 35% de los brasileños afirma que eligió su comida de calle con base en el sabor. En Guatemala, el 38% afirma lo mismo y en Puerto Rico, el 48,5%.
#LA COMIDA DE CASA TIENE MÁS CALIDAD PARA BRASILEÑOS Y ARGENTINOS. CHILENOS Y GUATEMALTECOS PIENSAN EN EL CARIÑO.
Para brasileños y argentinos, la comida de casa es mejor, pues es de calidad (el 31% y el 39%, respectivamente). Para los guatemaltecos, es el cariño que torna la comida de casa de mejor calidad (el 28%) así como para los chilenos (el 24,5%).
#LATINOAMERICANOS CONSIDERAN QUE LO QUE COMEN EN LA CALLE NO ES MALO PARA LA SALUD.
Cuando el producto es bueno o el alimento está cocido, no hay problemas. La mayoría de los brasileños (40,5%), chilenos (40%), guatemaltecos (57%), mexicanos (43%), argentinos y puertorriqueños (49% ambos) creen que lo que estaban comiendo en la calle no le haría ningún daño a su salud.
#ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE LOS LATINOAMERICANOS Y LA COMIDA DE LA CALLE:
Argentinos estiman que, si la comida no los hace sentir mal físicamente, es porque no afecta su salud. Razonan que, si el alimento está bien cocido, no importan las condiciones de higiene del local.
Los chilenos no cuestionan, cuando la comida es muy buena.Los chilenos piensan que para comer comida sana existen espacios y momentos propicios. Ese lugar no es la calle.
Los argentinos prefieren frituras e hidratos de carbono cuando comen en la calle.
Para los mexicanos y guatemaltecos, la calle puede ofrecer, sí, comida sana: carros y puestos de frutas son fáciles de encontrar. En Argentina eso es casi imposible.
En Ciudad de México existen opciones de comida de calle todos los días, a cualquier hora.Los vendedores de comida de la calle en la ciudad de Guatemala ofrecen aditivos para los jugos que venden en sus puestos: el cliente puede añadirle complementos vitamínicos a las bebidas, hasta ginseng y huevos de pato o de gallina crudos.
Los puestos están en evidente progreso en Puerto Rico. Son espacios de interacción social, intercambio de ideas, de charlas y de hacer amigos. Las marcas están muy presentes en ese tipo de local en Puerto Rico.
Debido a la situación económica de Puerto Rico, antiguos dueños de restaurantes abren puestos. Es posible encontrar platos de alta gastronomía en la calle.
El estudio
El primer estudio, que tuvo a América Latina como escenario, llevó a los más de 2500 empleados de la multinacional a las principales capitales de la región (San Pablo, Ciudad de México, Bogotá, Caracas, Buenos Aires, etc.) para reunir informaciones e insights sobre el comportamiento de las personas en relación al tema “Comida en la calle”, es decir, todo lo que los consumidores pueden comer y beber mientras están en tránsito, como máximo en 30 minutos, y con un límite de costo de US$ 5.
El criterio de selección de las áreas recorridas por los equipos fue el de concentración de personas de la clase C- y D (equivalente a un sueldo familiar mensual de US$ 350 a US$ 600 (Clase D), y de US$ 600 a US$ 2.500 (Clase C).
La iniciativa, ideada por Luca Lindner, presidente de McCann Worldgroup para América Latina, Caribe, África y Medio Oriente, y coordinada regionalmente por el director de planificación Josafat Solis, contó con la participación de la alta gerencia y hasta de los mensajeros de la agencia, inclusive, de los equipos de creación, atención, planificación, producción y administración.
* Agrandar la imagen para ver los resultados del estudio de McCann.