El caso resume una década en la construcción de la “marca” Bebida Nacional, iniciada con el Ministerio de Agricultura de la Nación y la Corporación Vitivinícola Argentina en 2010, lo que representa un logro en la articulación con el sector público para las gestiones, los consensos y los resultados tangibles para la cadena vitivinícola, demostrando también la madurez y la visión del sector, que se diferenció uniendo lo público y privado con el fin de lograr políticas públicas y beneficios para todo el sector.
La declaración del vino como Bebida Nacional no es solo enunciativa,, sino que trajo mejores condiciones impositivas, sólidos programas de promoción, mejoras competitivas y la diferenciación –respecto de otras bebidas- al haber conseguido su estatus de alimento, clave en la cultura y la identidad argentina. Gracias a esta declaración, se instauró al 24 de noviembre como Día del Vino Argentino Bebida Nacional.
“Es un reconocimiento para toda la vitivinicultura, porque en estos diez años construimos junto al sector público el posicionamiento de nuestra Bebida Nacional. Es importante destacar todos los logros que traccionó la declaración del vino como bebida nacional y cómo se ha traducido en beneficios reales para la cadena vitivinícola”, expresaron desde el Fondo Vitivinícola Mendoza.
* Podés ver el caso premiado aquí.