Miguel Angel Furones, hasta ahora presidente de Leo Burnett Latinoamérica, deja la red. Luego de fundar la exitosa Vitruvio y de ser CCO de Leo Burnett España y Europa, Furones llegó a la dirección creativa mundial y así se consagró como el único español que ha alcanzado el puesto más alto como creativo en una de las mayores multinacionales. Miguel Angel Furones, listo para partir “¡Por fin ya soy hombre libre!”, comenta entre risas Miguel Angel Furones, que si bien se siente orgulloso y afortunado por la carrera que hizo, se muestra ansioso por comenzar una nueva etapa, “ya veremos la vida por donde nos lleva, pero por ahora quiero hacer todas esas cosas que no pude hacer durante todos estos años. Ahora voy a tener todo el tiempo del mundo”. ¿Y por qué va a empezar? -De momento, por hacer algún viaje con amigos y cosas por el estilo. Voy a repetir un viaje que hice a África, pero esta vez iré por más tiempo… Hace mucho que pensaba en irse, ¿Cómo tomó la decisión finalmente? -Fue una decisión más bien fruto del hecho de que llevo 39 años en publicidad, (desde los 19) y creo que si da tiempo y si la naturaleza ayuda, hay que vivir dos veces, hay que vivir dos cosas. Entonces, en mi caso, ya se ha cerrado la primera con un ciclo muy largo de mi vida -e incluso, sin saber exactamente el qué- ahora me apetece hacer algo diferente, conocer otros mundos. También, hay que decirlo, lo decidí porque sentía un poco de cansancio, han sido muchos años de vivir en un avión demasiado alejado de mi gente. Necesitaba parar con el loco ritmo de vida que me ha tocado vivir y empezar a masticar la vida más despacito y a poder dedicar más tiempo a menos cosas. ¿Cuál fue la reacción en Leo Burnett? -Ellos lo veían venir. Yo había planteado el hecho de retirarme al final del año pasado, pero con la partida de Juan Carlos Ortiz a Chicago, el presidente consideró importante que alguien querido y valorado ocupara el cargo que dejaba Juan Carlos y me pidió que me quedara. Yo probablemente no habría aceptado ninguna otra oferta pero al tratare de Latinoamérica, pues me hice ilusión. Y fue un año espectacular, tanto en cuanto a experiencias como a la gente. Lo miro y siento que valió la pena. Sin embargo, aunque tengamos el mismo idioma estamos muy lejos y la diferencia horaria es mucha. Eso hace las cosas complicadas porque para cualquier cosa necesitas arreglar el tema del jet lag… Es decir, había dificultades que hacían que el trabajo fuera más complicado de lo que yo podía esperar. Por eso, he cumplido el compromiso que había adquirido, que fue estar un año má, y este año he preferido retirarme, tal como se lo había dicho hace un tiempo a Tom (Bernardin, Chairman y CEO de Leo Burnett Worldwide). ¿Quién quedará en su lugar? -Todavía se está por decidir. Hubo una reunión en la que se barajaron algunas posibilidades y alternativas, pero la decisión última la tiene el presidente Tom Bernardin y hasta ahora no la ha tomado. ¿Cómo le parece que queda la red? -La red está espléndida, fruto del trabajo que hicieron tanto Juan Carlos como todos los del equipo. Hubo una renovación altísima en el porcentaje de los responsables de la red y ahora se están viendo los resultados de aquello. En realidad, yo he hecho una labor de mantenimiento porque las grandes decisiones ya se habían tomado. El mejor ejemplo lo vemos con la agencia de Buenos Aires, donde Fernando (Bellotti, Management Director, Leo Burnett Argentina) y toda su gente están haciendo un trabajo soberbio. Yo me llevé una gran alegría en la última reunión que hicimos en Salvador de Bahía porque el trabajo que llegó desde Buenos Aires se destacó y –no sólo yo, sino todo el mundo- notó un cambio. Ahora, lo que la red necesita más que nada es un tiempo para demostrar que se han tomado las decisiones adecuadas con la gente adecuada y en ese punto soy muy optimista Ahora que se está alejando de la publicidad, ¿Qué balance hace de toda su carrera? -El balance es que he sido un hombre extremadamente afortunado. He tenido la suerte, desde el comienzo, de trabajar con gente espectacular y con grandes creativos, como Michael Conrad. Estuve en agencias como JWT cuando era la número uno en este país, después en Contrapunto cuando era la gran agencia creativa, fundé Vitruvio y después llegó Leo Burnett.. He tenido mucha suerte por la gente con la que pude aprender. Siempre estuve al lado de grandes y no sólo profesionalmente, sino respecto a su moral y principios. Aprendí mucho de ellos y de hecho mantengo la relación personal con todos aunque la mayoría estén retirados. ¿Cómo está Vitruvio hoy? ¿Cómo la ve? -Espectacular. Yo dejé de trabajar para Vitruvio hace un año pero allí hay un equipo muy estable que se mantiene desde hace 12 o 15 años. Desde entonces, se realiza un trabajo bárbaro que hoy sigue ganando premios en todas partes. Yo me voy muy orgulloso de la agencia que queda detrás. ¿Qué fue lo que más lo impactó de los cambios en la industria publicitaria a lo largo de estos casi cuarenta años? -El deterioro. Por desgracia las condiciones en las que se movían las agencias de publicidad hace algunos años eran más cómodas, el trabajo estaba mejor remunerado -en general- por parte de los anunciantes. La baja de remuneración influye en la capacidad de talento y eso es una perdida. Muchos de los anunciantes no se dieron cuenta de que pagar menos también significa recibir menos. Los que eran grandes creativos cuando yo empezaba, tenían una capacidad tal, que eran capaces de reinventar el negocio y el mundo. Pero por desgracia, muchos dejaron el sector para dedicarse a labores creativas en otras áreas, como las novelas y el cine. Espero que un día esto vuelva a su cauce y los anunciantes entiendan que las grandes ideas hay que pagarlas, como cualquier cosa en la vida. Desde la barrera ¿Cómo será ver todo desde afuera? -Como decimos en España, veré todo desde la barrera y será raro. Pero tengo claro que siempre hay que mirar hacia delante. Hay muchos mundos por reinventar y muchas cosas por hacer. En lo personal, continuaré mi relación con los amigos. En lo demás, la verdad no sé lo que voy a hacer. No tengo planeado nada y eso es lo que más me gusta y me divierte en este momento de mi vida. Desde los 19 años tuve una vida totalomente organizada por una agenda ajena a mí. Es decir, los clientes, los problemas o los trabaos eran los que siempre marcaban las reuniones y si tenía o no los fines de semana libres o si había que quedarse toda la noche. Entonces, esta situación en la que todas las opciones están abiertas me tiene encantado. Luego, me gustaría poder sorprenderme; sobre todo de mí mismo. Es curioso porque en estos días en los que han comenzado los rumores sobre mi partida en Madrid, estoy recibiendo más ofertas que en toda mi vida y es muy halagador, pero estoy diciendo a todo que no porque lo que quiero es pararme. No quisiera cometer el error de ocupar el hueco de tiempo libre con lo primero que surja. Quiero tomarme realmente meses de descanso. Pero ¿Volvería a la publicidad? -Pues no sé a donde volveré. Lo que me apetece ahora es que todas las opciones están abiertas. De hecho, he recibido –en una proporción de diez a uno- propuestas que no tienen que ver con la publicidad. También es halagador, porque en el fondo le están diciendo a uno que lo valoran más allá de lo que ha hecho en los últimos años, y yo estoy encantado. De momento, sólo quiero usar mochilas en vez de maletas y poder disfrutar de los viajes como tales y no como parte del trabajo. ¿Qué es lo que más va a extrañar? -A la gente. Este es un negocio de gente y no voy a extrañar nada más que ese cosquilleo que sientes cuando ves un anuncio hermoso y a las personas con las que trabajas. Hay que tener en cuenta que en Madrid trabajé con la misma gente por más de veinte años. Algunos, incluso, más de treinta y eso es toda una vida. Las agendas son siempre difíciles en este mercado y aunque uno sabe que los va a seguir viendo, cuando uno no trabaja y el resto sí, es más difícil encontrarse y eso va a ser lo más duro. ¡Los voy a echar de menos pero prometo ir a veros!