-¿Qué rol va a desempeñar Sra. Rushmore en la campaña global de Coca-Cola?
-Dentro de las diez agencias, que son las que se convocaron al concurso inicialmente, hay cuatro que somos las responsables de la campaña global: Mercado McCann, Santo, Sra. Rushmore y Ogilvy NY. Luego se harán campañas para cada país y región, y ahí intervienen el resto de las agencias. Ellas son: McCann Madrid, The Cyranos, DAVID, FCB Sudáfrica, Wieden + Kennedy y Dentsu. Luego de la presentación que se hizo, las cuatro agencias globales seguiremos trabajando en nuevas ejecuciones de la campaña.
-¿Cómo se gestó su participación en esta campaña?
-Esto empezó hace un año cuando Coca-Cola organizó un concurso de diez agencias, aunque nosotros ya veníamos trabajando para ellos, en particular para España y Europa. A su vez, estamos desarrollando la campaña de patrocinio para la Eurocopa 2016. Hicimos mucha campañas internacionales para la marca, también para Aquarius, Powerade. Incluso en un concurso global que había hecho Coca-Cola hace diez años, nosotros llegamos a la final y perdimos con Wieden + Kennedy y su campaña “Happiness Factory”. Curiosamente con nosotros en el grupo estaba Martín Mercado, con quien tengo una magnífica relación. Una década después de haber perdido aquella final, nos volvimos a encontrar. Martín por un lado, y nosotros por otro, hemos ganado una parte del mismo concurso. Es lo que yo llamaría “justicia poética”.
-Ya que se llevan también con Martín Mercado, ¿se consultaron para ver por dónde encarar esta campaña?
-(risas). No, lo nuestro queda solo en lo personal. En este caso, cada agencia trabaja sus cosas. El equipo creativo global de Coca-Cola es el que se encarga de coordinar el trato con las agencias y de pasarnos la información que necesitamos para desarrollar la campaña. En el camino, nos van corrigiendo y nos dan todo tipo de indicaciones. Es un equipo muy interesante, porque algunos están en Atlanta y otros, como Marta Fontcuberta, coordinan desde México. Cada uno de ellos, al ser representantes de cada continente, traslada la sensibilidad de una zona del mundo determinada para que no hagamos una campaña con la mentalidad de una agencia creativa del primer mundo. La verdad es que el mundo es muy grande, y estamos aprendiendo mucho de todas las cosas que tenemos en común como seres humanos, y de las que no, porque existen sensibilidades que son completamentes diferentes. Aparte, el hecho de participar en una campaña global de “la marca de las marcas” es un sueño hecho realidad.
-¿Qué diferencia hay entre esta etapa y la campaña “Come con el corazón” (2000) que se había difundido en 90 países?
-Era una campaña muy curiosa, porque se difundió en una zona del mundo que abarcaba África, antiguas repúblicas soviéticas (incluyendo a Rusia) y algunos países de Oriente Medio. Todo esto dirigido desde los headquarters de Estambul. Fue diferente, porque esos eran los países de los que nunca se suele hablar. En general, las campañas son para Asia Pacífico, Europa o Norteamérica. La diferencia ahora es que además de esos países, se suma el resto del mundo. Sin embargo, hace seis años habíamos hecho una campaña similar a la de “Come con el corazón”, pero que abarcaba dos países más: Corea del Norte y Cuba, donde Coca-Cola no llegaba.
-¿Cómo es la experiencia de hacer una campaña global?
-Es duro, porque tenés que limar tantos aspectos que algunas ideas quedan bastante más limitadas. Pero la verdad es que se trata de una experiencia profesional y humana muy interesante.
-¿Esto es un salto de calidad para usted como creativo?
-Lo bueno de esta profesión es que en esta profesión siempre estás aprendiendo y siempre te encontrás con cosas que no conocías. A veces, esos aprendizajes llegan por las nuevas tecnologías y, otras veces, por todo lo contrario, por la sencillez, por cómo te explican que determinada cosa no puede aparecer en un país africano o musulmán., o que los japoneses, por tener una cultura distinta, no entienden cosas que para nosotros son muy evidentes. Es súper enriquecedor y una experiencia de las mejores de nuestras vidas, tanto en lo personal como en lo profesional.