-¿Qué balance hace de la performance de España en Cannes?
-Tenía muchas ganas de explicar a los colegas lo que está pasando, que es clarísimo. Creo que nos ha pasado lo que ya sentíamos que se iba a venir. No tenemos un trabajo que esté a la altura, pienso que es un poco reflejo de los que nos está pasando en España: crisis, recortes de presupuestos, miedo de los anunciantes; quizás hacemos una publicidad con una mirada más para adentro nuestro.
-¿Y qué ha podido ver como jurado de Cannes?
-Cuando uno llega a Cannes y empieza a ver el trabajo, notas que todos los trabajos tienen una grandísima calidad de producción, con unos conceptos muy fuertes y un jurado que ha sido maravilloso, pero durísimo, y yo creo que es así como debe ser. Ser shortlist ya es un premio, y pienso que para ser premiado se deben cumplir unos mínimos, a los que creo que en España no estamos llegando. Se han dado muchísimos menos premios que los años anteriores. Los cuatro oros de nuestro festival local San Sebastián, acá no ganaron nada. No sobrevive nada, y no estoy culpando al jurado para nada, sino que es un festival con un jurado de estándares de calidad altísimos.
-Entonces, ¿qué desafío encuentra en este contexto para España?
-Quiero poner esto en alto. Tenemos que corregirlo porque en España se está viviendo una crisis salvaje. Entonces, si los anunciantes en consecuencia no están ayudándonos porque tienen sus problemas y nosotros tampoco somos capaces de ayudarlos, sin culpar a nadie digo que tenemos que ser capaces de mirar afuera. Capaz, encontrar clientes en otros continentes, en Europa, en Sudamérica. Países como Argentina han sido capaces de hacer una publicidad que mire su ombligo, pero también al exterior, con insights universales, de gastar dinero en producción, con oros como Padres en slip, que es una idea maravillosa; y nosotros no somos capaces de eso.