Monteiro: Los fantasmas serán geniales cuando no pretendan ser publicidad real
(12/06/08). El CEO de Euro RSCG para América Latina y Portugal, Hombre del Año de Euro RSCG y conferencista en la última edición de El Ojo de Iberoamérica, analiza el polémico tema de los avisos fantasmas en los festivales y aclara: "Los fantasmas serán geniales cuando no pretendan hacerse pasar por publicidad real. Debería haber una categoría llamada “Fantasmas” en todos los festivales. Tal como en los salones del automóvil, debería ser limitada en número y serviría de inspiración para la producción industrial. En fin, como la alta costura".
Pasarelas, shows de autos y el festival de Cannes
A continuación, las palabras de Ricardo Monteiro:
"En conversación con Juan Rocamora, mi colega y amigo, surgió el tema de los ‘fantasmas’ en la publicidad. Sucede que, en una reunión interna, uno de los directores creativos de la red subió al escenario vestido de fantasma y habló alegremente sobre cómo ganar uno o dos premios con piezas hechas a medida para festivales. Y por primera vez en mi experiencia, surgió una teoría interesante sobre este tema.
Cuando llega la semana de la moda en París, en otoño, vemos subir a las pasarelas los más increíbles ejemplos de última moda. Algunos de ellos son usados al punto de que se ven los pechos de las mujeres que los desfilan. Nunca en mi vida me crucé en la calle con una mujer a la que se le vieran los senos, ni aún en las calles livianas de la Costa Azul. Pero en cualquier tienda de El Corte Inglés, hay modelos de Jean Paul Gaultier y de John Galliano a la venta y que con certeza vimos mucho en las calles, cubiertos por el anonimato de las versiones prêt-à-porter, que financian los refranes de los desfiles de octubre pero que, a pesar de todo, contienen algunas de las características allí anunciadas.
Por estos días fui al Salón del Automóvil de Lisboa. Entre Renaults Mégane de lo más banales y otros tantos Ford Focus, se encontraban los denominados autos de salón, modelos que nunca se verán en una línea de montaje pero que demuestran la imaginación y capacidad de innovación de los diseñadores. Sus más entusiastas defensores son marcas como Citröen y Chrysler, los mismos que comercializan el Citröen Picasso y la Chrysler Voyager, dos autos tal vez poco excitantes pero que (esta es la mejor parte) estuvieron inspirados en los delirantes autos de salón que sus propias marcas concibieron.
Así que se me ocurrió que nuestra industria vive dividida en dos campos: los que condenan a los fantasmas (es mi caso) y los que los aceptan, sin embargo los defienden abiertamente, por miedo a la reacción de los clientes y de algunos de sus pares.
Curiosamente, la más industrial de las actividades, la automotriz, la industria que inventó el montage en serie, el just-in-time y tantos otros conceptos, convive desde siempre con esta tesis y antítesis, habiendo creado una síntesis que, de tan obvia, no cruzamos para nosotros: la publicidad precisa de fantasmas porque ellos sintetizan mejor lo que la industria puede hacer sin pensar en limitaciones de reglas, pudor o presupuesto.
Reveo pues mi posición en este tema y propongo una nueva síntesis: los fantasmas serán geniales cuando no pretendan hacerse pasar por publicidad real. Debería haber una categoría llamada “Fantasmas” en todos los festivales. Tal como en los salones del automóvil, debería ser limitada en número y serviría de inspiración para la producción industrial. En fin, como la alta costura".