La marca implementó una intervención urbana estratégica en los 21 kilómetros del recorrido, impactando a más de 27.000 corredores. Mediante mensajes directos, desafiantes y alentadores distribuidos en pantallas, medianeras y carteles, Nike se posicionó en puntos claves del trayecto en la Ciudad de Buenos Aires, como el Obelisco y la Facultad de Derecho.
La campaña se distinguió por su tono honesto y empático. Los mensajes abordaron directamente la euforia, la incomodidad, la incertidumbre y el orgullo, resonando con las emociones reales de los corredores. Frases como "No va a ser fácil, pero va a ser épico" y "Mirar el reloj cada 2 minutos no te hace más rápido" sirvieron para motivar y acompañar a los participantes.
El resultado fue una experiencia emocional y sensorial para los participantes, logrando que Nike se hiciera presente de manera significativa, especialmente para aquellos que se enfrentaban por primera vez a la distancia de 21K. La marca consiguió encontrar el tono justo para desafiar y motivar, demostrando su entendimiento del espíritu del running y la mentalidad de los corredores.
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