El Paraguay presenta el nivel de deforestación más alto de la región. Con temperaturas recientes que rompieron récords en los registros de los últimos 30 años en la ciudad de Asunción, la capital fue bautizada como la más calurosa del mundo.
En diciembre pasado, la organización Weather Extremes - que monitorea el clima en el mundo, ubicó a Asunción, como la ciudad más calurosa, seguida por Paulo Alfonso (Brasil) y Salto (Uruguay), entre otras.
Con el objetivo de que la gente ponga atención en uno de los temas más importantes de nuestro país: la deforestación y sus consecuencias, la Organización Mundial de Conservación (WWF) impulsó con el apoyo del Chef Rodolfo Angenscheidt la acción llamada “Global Warming Menu”, que consistió en un almuerzo para invitados con un menú de alimentos cocinados con el calor del asfalto asunceno.
¿Pero cómo es posible que hoy en Asunción se pueda cocinar con el calor del asfalto? La explicación es compleja, pero en realidad una palabra basta para entender la causa madre: la deforestación. En enero de este año, Paraguay encabezó la lista regional en materia de deforestación, alcanzando un 76% de bosques arrasados; mientras la Argentina registró una taza del 21%, en tanto Bolivia una del 2%.
“La masiva y descontrolada deforestación que está ocurriendo en los últimos años en el Chaco paraguayo, así como los focos de incendio y el humo provocado, refuerzan las crecientes olas de calor que azotan al país”.
“En una sociedad democrática, la responsabilidad es de todos. Los departamentos de Boquerón y Alto Paraguay - donde están ocurriendo los mayores índices de deforestación, carecen de un plan de uso de suelo oficial aprobado que implique la explotación sostenible del Chaco: creando y protegiendo corredores biológicos que unan las reservas de bosques, reduciendo el índice de deforestación y limitando el uso del fuego en el manejo agrícola y ganadero”,indicóRaúl Rivarola, Biólogo especializado en Bosques y Sostenibildad de las Comunidades Locales Empobrecidas por la Universidad de Copenhague, Dinamarca.
"Necesitábamos algo impactante para llamar la atención sobre este asunto muy serio, que la gente empiece a tomar conciencia y lo más importante aprender cuáles son los pequeños cambios que podemos hacer para ayudar a nuestro planeta ", Camilo Guanes, CEO de Oniria TBWA.