El film trabaja el concepto de Praya como marca de lifestyle, cool y contemporánea. Considerada un refugio para aquellos que están atrapados a una rutina fría, la campaña trae una visión delirante entre realidad y sueño. Para lograrlo, la dupla de directores de Paranoid armó su set de filmación en una casa victoriana en las afueras de Londres y en el “desierto” británico de Dungeness, en la costa de Kent, también en Inglaterra.
"Enfocados en crear un comercial con características de largometraje, buscamos poner a la marca en el misterio que la misma se propone. El personaje está aislado en un lugar lejano y desea el mar. La cerveza se transforma en un objeto de deseo, un verdadero delirio en tierra extranjera”, explica uno de los directores de la dupla, Marcus Cidreira. “Para lograrlo, seguimos referencias del Universo Lynchiano, escapando de los estándares comerciales y buscando un escenario absurdo, entre sueño y realidad, en el cual el personaje busca incansablemente la cerveza deseada”, agrega Vicente Tigre.
Según Duda Gaspar, uno de los socios de Praya, la estrategia de comunicación de la marca va más allá del rótulo de la bebida. "Desde la comunicación visual, representada por la sirena, una figura misteriosa, e incluso dentro de nuestras acciones, Praya aparece de forma orgánica, con un trabajo en la sutileza. Creamos atmósferas para que al final nos recuerden como Praya presente en los mejores momentos de la vida", explica Gaspar, que además es el diseñador y responsable de toda la identidad visual de la marca.
Jungle es parte del equipo de directores de Paranoid desde mediados de 2017. Con base sólida en la post producción y artes visuales, entre Berlín y San Pablo, los directores tienen en su portafolio proyectos para Coca-Cola, Google Brasil y Leroy Merlin.