Un mes antes de uno de los eventos internacionales más grandes las principales marcas de Estados Unidos se hacen la misma pregunta: ¿Es el Super Bowl digno de todo el dinero que se invierte?. Este año, dos de los más grandes anunciantes del país: Procter & Gamble y Unilever decidieron que la respuesta es no, ya que creen que pueden conseguir una mayor y mejor exposición fuera de los campos de juego que ya están saturados de tanta publicidad. La marca Dove de Unilever, que en el 2006 emitió un anuncio de 45 segundos de su campaña “Belleza real” durante el Super Bowl, ha decidido en cambio, que este año mostrará durante los Premios Oscar un comercial especialmente desarrollado para los consumidores de Dove Cream Oil Body. Gillette de Procter & Gamble y una marca de presencia regular en el Super Bowl también ha cambiado de rumbo este 2007, y así priorizar el desarrollo de nuevas campañas. Según afirmó el vocero de la compañía la razón por la cual Procter & Gamble ha decidido no participar del evento este año “Es simple. Estamos buscando optimizar la intro de la nueva campaña, y el Super Bowl no es parte de la estrategia”. Para las cadenas de televisión -que esperan vender la pauta publicitaria del Super Bowl a precios exorbitantes- esto se ha vuelto una preocupación, ya que el rango de potenciales compradores de los espacios parece haberse achicado bastante en los últimos años.