Al igual que muchas personas, algunas empresas también aprovechan el fin de año para realizar promesas y anunciar cambios. Esta semana, anticipándose al resto, Philip Morris pateó el tablero al comunicar que deberá dejar de producir y comercializar cigarrillos.
La compañía, que es la mayor tabacalera del mundo es el último de los gigantes de su rubro que sucumbe frente a un mercado que, si bien fue financieramente próspero durante años, hoy lucha por pagar las cuentas dentro de un mundo cada vez más antitabaco. En un anuncio publicado en distintos periódicos, explicaron: “Nuestra resolución de Año Nuevo. Estamos intentando dejar los cigarrillos”.
“Nuestra ambición es dejar de vender cigarrillos en Reino Unido. No será fácil, pero estamos determinados a transformar nuestro deseo en una realidad. En el país, hay 7.6 millones de fumadores adultos. La mejor decisión que pueden tomar es dejar de fumar”.
Sin embargo, esto no significa que la empresa esté abandonando completamente una de las facetas más lucrativas de su negocio, basado en productos con nicotina y tabaco. Desde hace algún tiempo, Philip Morris viene lanzando al mercado productos como cigarros electrónicos y otros dispositivos que dispensan nicotina pero están libres de humo, el principal acusado a la hora de discutir sobre cuestiones relacionadas a la salud.
Para poder cumplir con la promesa realizada, la empresa anunció una serie de compromisos compartidos en anuncios publicados en distintos medios de comunicación. Entre ellos, se destacan el lanzamiento de un sitio web con información para quien desee dejar de fumar, el apoyo a acciones gubernamentales en lugares donde el número de fumadores enciende las alarmas y el intento de aprobación de proyectos que coloquen en los paquetes alternativas para que el público pueda renunciar al producto perjudicial.