-¿Cuál diría que es el mayor desafío hoy para la publicidad?
-Primero, no ser ignorada. Hay demasiadas opciones para que la gente se informe y se entretenga sin verse afectada por un solo anuncio. El segundo desafío es no ser odiada. La publicidad no se ha preocupado demasiado por la experiencia del consumidor al momento de interrumpirlos con sus mensajes, porque todo el mundo los da por sentado. Ahora que hay suficientes "santuarios libres de anuncios", como Netflix, la gente tiende a sentirse más fastidiada por éstos. Pensemos juntos: ninguna marca quiere formar parte de un ritual que sea molesto para sus compradores. Si estuviéramos inventando anuncios hoy, dudo que estuviéramos probando la interrupción.
-¿Qué se necesita para que las marcas y las agencias conviertan el contenido en cultura?
-Respetar el tiempo que los consumidores invierten en su trabajo igual que respetan el dinero que las marcas están invirtiendo en ellos. Y con eso, o complacés a ambos o lográs el fracaso.
-¿Cómo consigue una agencia mantenerse actualizada y ser atractiva para las marcas?
-Estando más centrados en las preguntas que en las respuestas. Las respuestas son efímeras en el mundo de hoy. Las preguntas duran mucho más. Para mí es "si la publicidad estuviera siendo inventada hoy, ¿cómo me acercaría al problema de negocio?".
-En cuanto a su papel como Presidente del Jurado de Entertainment Lions, ¿cuáles serán sus pautas para el jurado?
-Lo más importante es no esperar mucho. Quiero que todos vayan con la mente abierta y listos para enamorarse de las ideas, y luego llegar a conclusiones sobre lo que el entretenimiento de marca debe ser, y no al revés. Juzgar es un aprendizaje, no una experiencia de enseñanza.
-Su agencia fue la primera en ganar un Emmy por "The Beauty Inside". ¿Cómo lograron romper la barrera y traducir la comunicación de la marca en entretenimiento?
-Esa idea forma parte de una serie de cuatro películas sociales que hicimos para Intel. Fue una idea entre las 40 que discutimos con el cliente. Una en cientos que probamos durante cuatro años. Intentamos miles en nuestros nueve años. Hasta que las reglas de este nuevo mundo estén claras, tenemos que hacer que los números trabajen para nosotros.