ABANCA, creando así su propia categoría de anuncios. Esta vez, los peregrinos no se encontraron solo con un anuncio experiencial, sino con tres:

- Un cartel, hecho de tiritas reales, del que los peregrinos pueden coger una para curarse pequeñas heridas.

- Un cartel hecho con infusiones reconstituyentes, pensado para reponer energías tras muchos kilómetros caminando. 

- Un cartel, hecho con mantas térmicas que conservan el 90% del calor corporal, para protegerse del frío. 

Todos en lugares donde más se necesitaba: albergues remotos del Camino de Santiago y caminos rurales.

Porque, cuando un Seguro de Salud dice que llega a todas partes, lo mejor que puede hacer es demostrarlo.

Esta segunda fase de la campaña transforma nuevamente el soporte en acción: los anuncios transcienden el decir, para hacer. Actúan como una extensión del propio seguro, cuidando al público justo donde más vulnerable se siente.