“Creemos que pintar es un acto que va más allá de lo estético. Pintar es un acto de amor hacia los que más queremos” nos dice Pinturas Vencedor mientras nos presenta una película que aborda un tema universal y cercano: la añoranza por el ser querido, cuya ausencia puede ser tanto física como emocional.

El spot nos adentra en lo cotidiano de un hombre mayor, que tras enviudar, se ve forzado por las circunstancias a convivir con su hijo y la pequeña de este. Sus días transcurren sin ningún matiz ni emoción, hasta que la curiosidad de la pequeña abre una caja de Pandora contenedora de los recuerdos de la abuela y su leitmotiv: el color celeste.

La niña y su padre, desprovistos de una conexión emocional con el abuelo, deciden comunicarse a través de actos de amor: devolverle el color a su vida y específicamente devolverle el color celeste. Tornan el espacio impersonal y solitario del viudo, en uno donde habiten aún él y su amada. El color regresa a su mirada junto a los recuerdos más especiales de los años en que el amor florecía.

Y tal vez es ese paso extra para reconectar, para devolver el color, lo que resonó en los equipos que se vieron envueltos en el proyecto. “Apenas recibimos el guion de Pinturas Vencedor sabíamos que teníamos entre manos una oportunidad única de contar una historia cinematográfica llena de sentimientos y emociones humanas. Desde lo narrativo, la linea “el abuelo recuerda a su esposa” disparaba muchísimas ideas que ilustraran este amor de toda la vida” nos dice Emiliano Cruz, director de Rebeca; graficando así algo que emana de la pieza final: una serie de profesionales haciendo lo que más aman y buscando el lado humano en este día a día.

Piezas de este estilo encuentran dificultades fuera de sus propios requerimientos, lo que a la vez las convierten en las oportunidades perfectas para construir desde el sentimiento, dedicación y talento. Tal vez la maestría se encuentre en las historias personales de todos los miembros de la marca, la agencia, la productora y realizadores.

El primer reto siempre es encontrar la manera de contar el relato que llega como encargo. El trabajo colaborativo de directores, productores e investigadores de una casa como Rebeca ayudaron a darle forma al cuento emotivo, nos cuenta Alejandro Noriega, su Productor Ejecutivo. Otro reto importante para Emiliano Cruz fue que actores capaces de dar vida a estos sentimientos, no son fáciles de encontrar y requiere un proceso de búsqueda y reconocimiento que aunque trabajoso, da frutos. Si recrear épocas es siempre complicado, más lo es recrear sentimientos y relaciones desde lo material, trabajo que no se habría logrado sin el arte de Sandro Angobaldo.

El proceso técnico se apoyó en los talentos convocados hasta llegar al reto final: ¿qué hacer con todo esto? Nativo y su cabeza Beto Barzola le dieron el corte preciso y la tonalidad que requería un corto en que el color es héroe y protagonista; y Claudia Incio, dirigiendo Agosto, le dio la emoción musical indispensable. “Proyectos así nos recuerdan que el amor a primera leída de guion existe y nos permiten honrar a quienes perdimos y a quienes nos quedan” termina Pimi Ravizza, supervisora de producción.