En “The Royal Will”, la narrativa gira en torno a la elaboración ficticia de un testamento digital, en el que los jugadores pueden elegir a un heredero para sus recursos y progreso acumulados en el juego. La campaña utiliza un tono emotivo y un lenguaje cercano a la actualidad, abordando no solo la pasión por Clash Royale, sino el valor simbólico que adquieren las cuentas a través de los años de dedicación y logros.

El spot principal presenta a jugadores reales debatiendo el destino de sus cuentas una vez que ya no puedan jugar, recreando situaciones familiares sobre el reparto de una herencia, pero trasladada al universo de los videojuegos. Esto no solo genera identificación con la audiencia, sino que también pone en valor la importancia de las comunidades y lazos que se crean en los mundos digitales.

La campaña, que llegó a estar preseleccionada en Cannes Lions 2025, fue celebrada tanto por su creatividad como por su visión sobre el futuro digital. La producción a cargo de Rebeca aportó un enfoque fresco y original, realzando la autenticidad y proximidad del mensaje hacia la comunidad gamer, y demostrando cómo una idea insólita puede conectar emocionalmente con millones de jugadores en todo el mundo.