Reflexiones del día después: ¿Qué es una agencia?
(01/12/08). El martes 11 de noviembre, a las 6.15 hs. se produjo un cortocircuito en una lámpara y comenzó a quemarse una cortina que finalmente provocó el incendio de las oficinas de Marcelo T. de Alvear 405, donde funcionaba Rapp Collins Argentina. El detector de humo activó la alarma y el llamado a la compañía de seguridad y a los bomberos. En menos de una hora todo quedó como lo muestran las fotos. Pero a 72 hs. del accidente, la agencia de marketing directo ya estaba reinstalada en una nueva ubicación y funcionando a pleno.
Trabajamos en un negocio que fluye sobre las comunicaciones y para ello utilizamos a diario nuestra imaginación; necesitamos de ella para innovar y lograr resultados. Sin embargo, esa imaginación nunca nos lleva a aquellos lugares en los que no deseamos estar. Imaginar que todo se termine en 60 minutos de fuego. Imaginar que esos pequeños objetos personales que conforman nuestro mundo en esas casi 10 horas diarias que vivimos en un lugar y que desaparezcan para siempre. Imaginar que una mañana no tenemos más dónde sentarnos ni a dónde ir a trabajar porque ese lugar simplemente ya no está: es eso lo que no deseamos imaginar.
Una mañana, un pequeño fuego que se hace grande y reconvierte todo en escombros, humo, mucho humo, un pesado hollín y desazón, en 60 minutos nos lleva a vivenciar lo nunca imaginado. Fue ahí, frente a esa indescriptible y amarga experiencia, donde me pregunté muchas cosas, entre ellas: ¿Qué es un agencia?
Para un cliente, una agencia es quizás el respaldo de un especialista, es know how aplicado a sus estrategias, es un implementador que lleva sus proyectos a tierra. Es también un servicio que le prestan otros y que completa aquello que no posee en su propia estructura.
Después de vivir esta horrible experiencia, de observar desde afuera la destrucción provocada por el incendio y desde adentro sentir ese olor fuertísimo que se impregna hasta en la piel, después de ver cómo todo eso que era la agencia ya no está, me pregunto cómo seguir y acudo a mi imaginación para encontrar la respuesta.
Y la respuesta estaba en el aire, en esas más de 100 personas que, sin que nadie les diera ninguna orden, se organizaron espontáneamente para que los clientes no sientan la destrucción. En cuestión de horas, los livings de las casas de cada uno se transformaron en pequeñas oficinas de áreas, el Messenger se convirtió en la línea directa de interacción entre ellos, los back ups sirvieron para la puesta a punto casi inmediata e increíblemente la agencia volvió a ser, esa misma tarde y de un modo jamás imaginado, lo que había sido desde siempre.
Hoy, más que nunca, creo que una agencia es un EQUIPO en mayúsculas, un grupo de personas que actúan y se mueven al ritmo del espíritu de la compañía en la que trabajan.
La imaginación no me había alcanzado para pensar en lo que pasó, en ambos sentidos: esa destrucción absoluta que nos deja desnudos en muy poco tiempo y esa impresionante fuerza de voluntad que logró que el día después pasara algo que quedará para siempre grabado en nuestra memoria. La agencia somos nosotros, sin oficina, sin vernos las caras pero funcionando como si estuviésemos ahí: avisos que salieron a los medios, páginas on line de nuestras acciones y desde las cuales respondíamos a los consumidores, programas que funcionaron de modo habitual a las 24 horas de lo sucedido, reuniones con clientes y prospects…Todo, todo pasó en esos 4 días después del fuego. Personas que sintieron una gran angustia y dejaron correr sus lágrimas para instalar puestos de trabajo en los lugares más insólitos, mientras otros limpiaban lo recuperado para seguir…y siguieron!
Agradeciendo la fortuna de no haber perdido a nadie en este accidente ni sufrido ningún tipo de daño a nivel humano, emocionada por los gestos de proveedores, colegas y amigos y de nuestros clientes que hasta han cedido sus oficinas y sobre todo invadida de alegría por el profundo compromiso de nuestro equipo, quería compartir con ustedes que está a la vista que ya no necesitamos imaginar cómo seguir…sólo se trata de hacerlo como lo hicimos hasta hoy. Con una gran convicción de que lo que somos, lo que realmente necesita un cliente de nosotros, es una respuesta a sus necesidades pero sobre todo un compromiso con sus necesidades.
Hoy me queda muy claro qué es RAPP y mi imaginación se encontró con respuestas nunca imaginadas de la gente, de nuestra gente.¡Muchas gracias a todos por esta lección!