El estudio, que indagó sobre los efectos del calor en la sociabilidad, el estado de ánimo, los hábitos y el consumo de los argentinos, detectó una fuerte polarización en la forma en que perciben los efectos del calor sobre su propio estado de ánimo tanto los que tienen preferencia por el verano como por el frío. El "dime cuántos grados hace y te diré cómo eres" impacta en el día a día de los ciudadanos.
Según el mismo estudio, durante el verano casi el 90% de las personas se baña más, sale más al aire libre (83%), y sale de noche (80%). El 86% de los hombres coinciden en que salen de noche durante el verano. No obstante, se genera una tensión entre el deseo de salir y socializar, aprovechar las terrazas y veredas bajo el cielo estrellado, y la percepción de bajos recursos físicos disponibles para aprovechar la experiencia, porque reconocen estar cansados: el calor genera una merma en el rendimiento, sobre todo en ciudades abrumantes y sobreexigentes.
Según las personas consultadas, los principales efectos del calor/verano sobre el humor tienen que ver con sentirse más salidores (44%), aunque también más cansados (35%).
Por otra parte, 6 de cada 10 hombres reconocen enamorarse más y aumentar su vida sexual durante el verano. La endocrinóloga Juliana Mociulsky fundamenta: "el clima cálido moderado, estimula la generación de serotonina y en consecuencia, provoca mejoría anímica y mayor deseo de sociabilización. Mejora la autoestima y la confianza, lo cual podría generar el deseo de enamorarse que se describe popularmente al inicio de la primavera."
Por el contrario, el calor incrementa las conductas impulsivas y las reacciones "en caliente", iracundas, poco meditadas y poco sutiles, que no se llevan bien con el romanticismo, y poco alentador para generar vínculos nuevos o ganar proximidad en los ya establecidos. De acuerdo al estudio, los hombres menores de 35 años son los que más sufren irritabilidad, negatividad e impaciencia en verano.
La principal causa del mal humor durante el verano, en ciudades con veranos húmedos como Buenos Aires y Montevideo, según la encuesta realizada, se adjudica a la transpiración. El 58% de los encuestados que prefieren el invierno atribuyen el mal humor en verano a la transpiración o a sentirse pegajosos (porcentaje que desciende al 32% para el resto). Para 8 de cada 10 personas, la preocupación por la transpiración aumenta con la llegada del verano.
Y es que en verano se conjuga una mayor predisposición a salir, una mayor tendencia a conquistar, con jornadas más agobiantes y extensas y una ropa más "delatora". La forma en que se vive la transpiración es determinante de la relación de placer-displacer con el calor.
Con la llegada del calor, la compañía del desodorante fuera de la casa crece, porque se re aplica en el contexto laboral, para ir a trabajar, cuando se hace actividad física y cuando se sale por la noche. En consecuencia, el desodorante/antitranspirante es un aliado fundamental luego del aire acondicionado para contrarrestar las experiencias negativas del calor.
Tanto es así, que el 17% de las personas encuestadas manifestaron que llevaría desodorante si sólo pudiera elegir una cosa para pasar el verano, mientras que shorts y bermudas, quedan por detrás con un 15%.
Top ten de palabras asociadas al calor
Para los encuestados, el top de ten de palabras más mencionadas para asociar al calor son: agua, playa, vacaciones, frutas, pileta, menos ropa, mar, desodorante, hielo y transpiración.
Tanto para varones como para mujeres, uruguayos y argentinos, para los que gozan del calor como los que no, desodorante y transpiración figuran en el top ten cuando tienen que nombrar qué palabras asociar al calor, más aún entre los que prefieren el invierno (51% versus 36% entre los que prefieren el verano).
La sensibilidad al clima impacta tanto en la forma de ser, como en el estado de ánimo, constituyendo una verdadera "termosensibilidad". Si no se contara con aliados "reguladores", que ayuden a hacer frente al clima para recuperar el equilibrio físico y emocional, las poblaciones afectadas por la humedad y que transitan las cuatro estaciones marcadas (como Argentina y Uruguay) percibirían fuertes variaciones en la personalidad, el humor e incluso la manera de dimensionar la realidad.
Estos aliados - como el aire acondicionado o los antitranspirantes que generan sensación de frescura - son los que finalmente ayudan a mantener una identidad más estable y menos vulnerable a los ciclos climáticos para que los argentinos transiten mejor los días del verano.
*Estudio Realizado en Hombres y Mujeres de entre 26 y 45 años de Argentina y Uruguay de nivel ABC amplio. Metodología: Cuestionario estructurado autoadministrado implementado on-line, con 600 casos efectivos, 50% de Argentina, 50% de Uruguay. 50% varones, 50% mujeres. Distribución homogénea según rango etario. Campo: Se llevó a cabo entre el 10 y el 16 de diciembre de 2011.