El contexto actual cambió la manera en la que nos relacionamos con los otros y en la manera de vivir. Esta transformación llegó a sectores como el turístico. Comunidades Autónomas como Andalucía, Baleares, Canarias o la Comunidad Valenciana registraron en el mes de julio caídas del sector por debajo del 20%, algo que indica que la comunicación debe amoldarse y cambiar.
En primer lugar, debe destacarse los cambios en las políticas de cancelación y devolución de las compañías. Ya no es relevante cobrar el servicio o que sea inamovible, sino que da un giro hacia la flexibilización, que le permite a los clientes decidir continuar o no con el itinerario establecido.
La comunicación con los clientes, para muchas compañías, ha sido elemental al momento de alejarlos o atraerlos. El diálogo en una situación en la que el consumidor necesita información básica para saber qué hacer o qué medidas se han tomado para decidir si finalmente contratan el servicio o no es crucial. En este contexto, muchísimas empresas se ven afectadas por los comentarios de los clientes, positivos o negativos, y si antes ya se tenían en cuenta, ahora se consideran mucho más. Quienes mantienen un contacto fluido ofrecen seguridad, transparencia y generan buenas opiniones.
La imagen es lo primero que vende, a pesar de que muchos piensen lo contrario. Ahora prima la seguridad, la limpieza, las distancias, la comodidad y la tranquilidad. Si estos servicios se le ofrecen a los consumidores y se plasman en las acciones que se están realizando, todo será mucho más ágil. Además, por el bien de los empleados y del negocio es una acción que se debe llevar a la práctica diariamente.
Todos estos cambios, y muchos más, son algunos de los más relevantes y destacables de un sector que atraviesa sus peores momentos y que actualmente se encuentran navegando en un mar de incertidumbre hacia el futuro.
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