-¿Cómo fue su llegada a David Brasil?
-Arranqué en Leo Burnett y después pasé a Del Campo donde conocí a Gastón, ahí fuimos Directores Creativos con Ramiro Rodríguez y nos pasamos a Ogilvy cuando Gastón se incorporó a la agencia. Después, nos fuimos como DGCs a BBDO, donde estuve siete años. BBDO fue la agencia que de alguna manera, nos dio la posibilidad de ser Directores Generales Creativos con lo difícil que puede llegar a ser eso, además de darnos la estabilidad para poder desarrollar un proceso a largo plazo que, para mí es la mejor manera de aprender de este laburo. Esta cosa de los procesos de “un año y medio, y después me cambio” para mí son equivocados, porque no terminas desarrollando nada. En ese sentido, BBDO fue una escuela de dirección general creativa, y Carlos Peréz es una persona muy generosa, en cuanto a las posibilidades que te da. Nos dio la exposición para poder hacer un buen laburo. Después de siete años en BBDO empecé a tener la sensación que había cumplido una etapa. En la numerología se dice que cada siete años se producen grandes cambios, en este caso fue el ciclo que me permitió ver una posibilidad y la realidad es que no encontraba una agencia en Argentina que tuviese, en la ecuación general, todo lo que yo encontraba en BBDO, entonces empecé a analizar agencias de afuera. La pensamos con Rami (por Ramiro Rodríguez), pero después él decidió quedarse en el país. Ahí apareció la idea de David, en un mercado que para mí es interesante. Junto con el de Argentina, es uno de los mercados que más se destaca en la región. Tiene un volumen que el argentino no tiene, y aplicar todo lo que aprendí en estos siete años en un mercado mucho más grande me va a agregar un skill que hoy quizás no tengo. Particularmente en una agencia que es una marca joven y que me da la posibilidad de ser parte de ella desde sus cimientos, en el momento que se está construyendo y con un modelo de negocio que me interesa en donde cada oficina tiene sus clientes locales, pero con mucha proyección internacional, algo que no tuve mucho en mi carrera. Es un momento en el que siento que puede ser una buena posibilidad para conocerlo.
-¿Qué le pidieron Gastón Bigio y Fernando Musa cuando lo convocaron?
-Anselmo, Musa y Bigio tienen la idea de ser una agencia creadora, como ellos le dicen, de ideas que se hagan por primera vez. Esas grandes ideas que de alguna manera no se hicieron, que creo es ni más ni menos lo que todas las agencias intentan hacer. En el caso de ellos, sus logros más recientes los obliga a hacer el mejor trabajo para defender lo que ya vienen construyendo en sus carreras profesionales. En ese sentido, creo que los objetivos son claros. Me parece que es momento de que yo pueda aportar a eso que se viene construyendo. Hay trabajos a nivel David como marca que se empiezan a ver. Sin ir más lejos lo último que hicieron para Burger, “Proud Whopper” es un gran trabajo y ya empieza a aparecer. Es una marca joven que ya está organizada y es momento que el trabajo se empiece a vender.
-¿Cómo es su proceso creativo?
-Voy a ser bastante poco original en ese sentido. Creo que hay dos grandes etapas. Una es la obvia: sentarse y pensar. Es la más angustiante porque convivís con el resultado en cero. Y la otra, que terminé de aprender o entender siendo DGC, es la etapa de recolección de datos. Es toda la previa a pensar, la de diagnostico, la de entender el problema de una marca y su ubicación en el contexto del mercado, y cuál es la necesidad de esa marca. La creatividad depende muchísimo más de eso, independientemente de las horas que uno aplique a pensar propiamente la idea. Entendí cada vez más a la idea como resultado de esa primera parte donde tiene que ser coherente, estar bien analizada y tiene que tener el contexto que necesita. Después la idea es parte natural de ese proceso. Pero si esa primera parte, la génesis de la idea, no está bien, la idea por más creativa que sea nunca va a ser pertinente.
-Desde el lugar que le toca ocupar como Director General Creativo, ¿cómo motiva a su equipo?
-Yo entiendo nuestro trabajo como muy psicológico, el entender al otro. Si no estás motivado no te sale. Mi rol fundamental es motivar a la gente. Tengo que encontrar la manera de que esas personas tengan todo lo que necesitan para que si la mejor idea aparece, salgan. Lo que tengo que generar es ese espacio y para eso, lo más importante es que no haya miedo y haya respeto. No concibo el liderazgo bajo el miedo, y sí bajo el respeto. La manera en la que trabajo es juntando mucha gente en una mesa, creo que para eso hay que trabajar con gente que se respeta entre sí. Generalmente lo que termina pasando cuando las estructuras son muy verticales es que si el que dice algo interesante es alguien que está más abajo, no importa. Entonces en ese sentido, si bien uno tiene la última responsabilidad de trabajo, creo que la publicidad se parece más al trabajo de boxes, donde cada uno hace un trabajo chiquitito, pero cada parte hace al todo. Trato de rodearme de gente que creo que es mejor de lo que yo era trabajando en equipo. Ese es el gran secreto, no tenerle miedo a trabajar con gente muy talentosa. Además, el trabajo creativo no solo se nutre de lo creativo, también hay que buscar gente creativa en cuentas, en planning, etcétera, que por más que tengan el foco puesto en cada una de sus responsabilidades, también puedan ponerlo en la creatividad. En ese sentido, soy una persona que integra a todos, escucha a todos y que trata de que todos tomen la decisión, que cada uno tenga la jurisdicción para poder tomar decisiones.
-¿Cómo ves al mercado brasileño?, ¿Qué similitudes ves con el argentino?
-La diferencia natural es el tamaño, que es mucho más parecido al norteamericano. Esa es una diferencia inigualable en términos de mercado por cantidad de habitantes. El mercado ya tiene esa diferencia potencial. Las similitudes tienen que ver con la búsqueda de la creatividad. Las discusiones o los temas de importancia dentro del mercado brasileño son muy parecidos en términos de discusiones dentro de una agencia de publicidad, básicamente se trata de hacer un buen trabajo. Me animo a decir que eso no es diferente en ninguna parte del mundo. Obviamente cada mercado tendrá sus complicaciones particulares que yo en este caso, las brasileñas, desconozco. Eso es lo que me va a dar una cierta frescura e inocencia que muchas veces es lo que se necesita para modificar cosas. No voy con prejuicios, en todo caso, voy con ganas de aprender y, humildemente, voy a aportar lo que aprendí del mercado argentino. No imagino la adaptación vaya a ser tan complicada. Ir a un lugar en donde el idioma tiene similitudes con el nuestro, me va a poner en la posición de escuchar más que de hablar, que es lo que estoy acostumbrado a hacer. Me pone en una posición más de aprender.
-¿Cómo está conformado el equipo?
-La idea es respetar a todos los equipos que están porque hacen un buen trabajo. La agencia acaba de incorporar a Edgar Gianese como Director Creativo. Hubo mucho movimiento, se fueron Beto Fernánde, Juana O Gorman, que era la Directora Creativa y un creativo senior. Parte de esto es poder reemplazarlo. Tengo que entender un poco cuales son las necesidades específicas y estoy en ese proceso. Como primera medida tomé a Edgar que es un Director Creativo que viene de Lowe Londres y que tiene muchísima historia con clientes globales, que es parte del ADN de David. Además, está muy capacitado para todo ese tipo de procesos y es una parte fundamental de la agencia. Esa es la primera gran incorporación que tiene la agencia. A partir de esto, una vez que llegue tengo que terminar de entender las necesidades y ver lo que le falta a la agencia.
-Por último, ¿cómo viven esta separación con Ramiro?
-Lo que nos une con Rami es mucho más que un laburo, por lo cual es una separación laboral con todo lo que implica por haber trabajado por más de 15 años con él. En algún punto es circunstancial. No hubo ningún problema, simplemente yo quería trabajar afuera y él no. No descarto que en algún momento volvamos a trabajar juntos. La realidad es que con él trabajo muy bien y él conmigo. En algún otro momento se dará, más allá de las vueltas que dé la vida, pero sí está la voluntad de volver a trabajar.