-¿Cuál es la situación actual de la industria?
-Está en plena transformación, como casi siempre. Como en todas partes, en España están surgiendo nuevos modelos de agencia que distan bastante de la clásica multinacional de gran tamaño y que son cada vez más atractivos para el talento y también para los clientes.
-¿Cómo afecta el cambio de gobierno al negocio?
-Es pronto para valorar al nuevo gobierno. Se percibe cierta sensación de miedo frente a lo que puede venir en materia económica, pero las consecuencias de las nuevas políticas, para bien o para mal, aún tardarán unos meses en verse reflejadas. Y ni siquiera sabemos todavía cuales van a ser la mayoría de estas políticas. Los últimos años han sido bastante buenos y eso, obviamente, ha repercutido para bien en la industria. En nuestro caso y, creo que es algo generalizado, firmaríamos que todo siga más o menos igual.
-En medio de la tendencia de las marcas a trabajar por proyecto, más que por fee, ¿cómo se manejan?
-Hicimos el camino a la inversa. Hace unos años prácticamente solo trabajábamos por proyectos. Hoy, prácticamente todos nuestros clientes son “fijos”. Puede que Rosebud sea una agencia un poco atípica. Tenemos cierta aversión al crecimiento. Trabajamos de una manera muy estrecha con nuestros clientes. Los sentimos como parte del equipo y es difícil mantener esta manera de trabajar cuando superás cierto tamaño y volumen de trabajo. No queremos decir que sí a clientes a los que no vamos a poder darle todo el cariño y atención. Tenemos una capacidad limitada y cada vez recibimos más solicitudes. Es una situación privilegiada, porque te permite trabajar con un perfil de cliente que “sabe a lo que viene”. Eso evita muchísima frustración, facilita mucho el trabajo diario y genera relaciones duraderas.
-¿Qué efectos puede tener esta modalidad?
-Siempre es difícil hacer pronósticos, pero no creo que los efectos sean positivos. No es el escenario ideal para las agencias, porque es más difícil planificar; pero, sobre todo, no lo es para los anunciantes. Lo mejor que las agencias podemos ofrecer a los clientes es la creación de territorios propios e ideas de marca sólidas y consistentes. Es un proceso que lleva tiempo y es más difícil construir una marca cuando cada proyecto lo ejecuta una agencia distinta.
-¿Cuáles son las demandas de los clientes hoy?
-Son las de siempre, porque al final nos dedicamos a vender. La manera de alcanzar estos objetivos han cambiado mucho y los clientes son conscientes de que ya no funciona lo de siempre. En ese sentido, lo que demandan son equipos capaces de generar estrategias de éxito en un escenario cada vez más complejo. En nuestro caso, por el tipo de agencia y la trayectoria que llevamos, de alguna manera, nos hemos hecho especialistas en trabajar con clientes que no son líderes en sus sectores y que pelean contra gente mucho más grande. Vivimos en un “David contra Goliath” constante. Nos sentimos cómodos peleando contra clientes (y agencias) bastante más grandes que nosotros y muchos clientes llegan a la agencia demandando justamente eso.
-¿Qué ventajas les da la independencia?
-Parece lógico pensar que cuanto más pequeño eres más rápido te mueves y tienes mayor capacidad de adaptación, pero sinceramente no creo que haya grandes diferencias. Al final, creo que lo bien o mal que te adaptes a las demandas depende de la habilidad a la hora de leer el mercado. Si existe una gran ventaja de las agencias independientes es poder crear tu propio modelo y ser fiel al mismo, sin tener que rendirle cuentas a nadie. En ese sentido, somos más libres y, si jugás bien esa carta, puede ser más fácil diferenciarte del resto. El protagonismo de las independientes es cada vez mayor y queremos pensar que esto es una tendencia que va a continuar. Cada año surgen nuevas agencias y es obvio que no todas van a sobrevivir. Como decía antes, las estructuras pequeñas especializadas son cada vez más atractivas para los clientes y también para los creativos.
-¿Cómo fue el último año?
-Grandísimo, uno de los mejores. Hemos cometido errores de los que hemos aprendido muchísimo y hemos recibido más solicitudes que nunca para trabajar. Hemos aprendido a decir que no a determinados proyectos, que no siempre es fácil. Sin duda, estamos en un momento dulce, que esperemos que dure mucho tiempo. Hace poco firmamos con Norauto España y firmaremos con un gran distribuidor de tecnología. Estas dos nuevas cuentas nos “obligan” a hacer varias incorporaciones al equipo, pero nuestra idea es que éste sea el tamaño máximo de la agencia.
-¿Qué trabajos tuvieron mayor repercusión?
-“This is horchata”, un proyecto que fue Plata en El Sol y Bronce en El Ojo. Es interesante, porque refleja bastante el espíritu de la agencia: una campaña que surge por pura vocación y amor a nuestro trabajo, como respuesta a una noticia de actualidad y en defensa de nuestra cultura. También es inevitable hablar de Sprinter, que es probablemente el cliente que más visibilidad nos estuvo dando estos últimos años y que más clientes está atrayendo. Hemos hecho una buena labor generando un territorio y un código propio para la marca, y los clientes se están dando cuenta del valor de eso. Los resultados son impresionantes. Este año hicimos dos campañas de TV, “El deporte puede salvarte” y “Chandaland”, que han tenido bastante éxito y de las que estamos muy orgullosos.
-¿En qué campañas están trabajando?
-Estamos dedicados a la estrategia de marca de Norauto. Es un proyecto ambicioso y muy motivante, porque el sector de la movilidad está en plena transformación y es realmente un desafío para una marca tan “coche-céntrica” como ésta. Al mismo tiempo, estamos con la campaña mundial de Luckia (casa de apuestas). Firmaron como prescriptor a una gran estrella mundial y es otro gran desafío ver hasta dónde podemos llegar. Además, el sector del juego está en la mira y eso complica mucho más el escenario. Por último, tenemos una campaña especial de Divina Pastora Seguros para el 8M (Día de la Mujer) y, además de eso, seguimos con nuestro trabajo diario para el resto de clientes de la casa.
-¿Cuáles son las metas para 2020?
-Devolverle a nuestros clientes (a los nuevos y a los de siempre) la confianza que han depositado en nosotros, y hacerlo en forma de trabajo memorable que nos permita alcanzar los objetivos que nos hemos marcado. Aparte de eso, nos sentimos afortunados por poder poner en valor el nombre de Valencia en el sector. Es algo que nos motiva y que nos gustaría poder seguir haciendo con buenos trabajos. Hace unos años, cuando decidimos montar la agencia en Valencia, a todo el mundo le parecía una idea horrible. Hoy recibimos bastantes correos de gente interesada en venirse desde Madrid y eso nos hace sentir muy orgullosos.