Finalmente el magistrado que llevó el caso de la controversial campaña, resolvió acceder a la petición del primer mandatario francés, que había pedido un euro simbólico por el daño moral causado. Por su parte, a Bruni le asignó 60 mil euros, en lugar de los 500 mil que ella había reclamado en principio. Esta vez, el daño fue a causa de los rostros sonrientes de Sarkozy y Bruni que sirvieron a un anuncio de la aerolínea que exhibía el texto: “Con Ryanair, toda my familia podrá venir a la boda”. La compañía admitió que el aviso tenía un tono burlesco y se ofreció a hacer una donación caritativa de €5,000, aunque la oferta no prosperó. De esta manera, se cierra otro de los controversiales capítulos de Ryanair, que ya había usado como blanco de sus campañas al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y a los ex primeros ministros de Polonia, Jaroslaw Kaczynski, y Suecia, Göran Persson.