Cuántas personas un sábado a la tarde, los fines de semana o después del trabajo deciden salir solos o con amigos a mirar vidrieras por la ciudad a ver qué encuentran para comprar, qué novedades o promociones se anuncian, qué muestran las nuevas temporadas y liquidaciones, qué productos se lanzaron al mercado, etc.

Las marcas también buscan que sus vidrieras sean atractivas porque son la oportunidad de mostrar sus mercancías de una forma innovadora y que atraiga a los clientes a ingresar al local, informarse y, en definitiva, adquirir un producto o servicio.

A partir de la inserción de las nuevas tecnologías, la vidriera también va cambiando paulatinamente su fisionomía. Ya vemos en ellas algunos monitores profesionales, videowalls e, incluso, “vidrieras interactivas” que reconocen la llegada del potencial comprador (las más sofisticadas permiten distinguir edad y sexo del transeúnte) y pueden ofrecerle un producto “a medida” de su perfil. También están las vidrieras táctiles que pueden tocarse y ser navegadas a través de las novedades del producto.

La inclusión de vidrieras interactivas permite mostrar las cualidades de un producto sin necesidad que el potencial cliente ingrese al local, y pudiendo comunicarle de forma destacada y amplia las características técnicas o los aspectos de la campaña que se quieran mostrar, con muchas más posibilidades que una vidriera tradicional y de una forma sumamente innovadora. Al mismo tiempo, tienen como beneficio adicional que lo que estás contando está en el mismo lugar donde se toma la decisión de compra.

Este tipo de vidrieras modifica tanto la relación entre la marca y el consumidor como la forma misma de publicitar un producto, y permite comunicarse con más detalles que un simple cartel de vía pública o una vidriera tradicional estática (por ejemplo la vidriera interactiva que se instaló recientemente para la marca LG se hizo en el lugar donde estaba ubicado un espectacular tradicional de la marca permitiendo interactuar y mostrar las características de un nuevo celular que lanzaron de una forma más dinámica).

Las vidrieras interactivas que comienzan a nacer en nuestro país permiten desde cuestiones básicas como instalar pantallas leds con animaciones hasta cuestiones más sofisticadas como proyecciones sobre vidrio, sensores de movimiento, cámaras de reconocimiento, monitores transparentes con tecnología touch, kinetic technology, etc.

Si bien no hay estadísticas ni indicadores sobre el avance de este tipo de publicidad en Argentina ya hay por lo menos cuatro vidrieras activas hoy, en Buenos Aires, relacionadas a marcas de tecnología, telefonía y deportes. La mayoría funciona de la siguiente manera: cuando la persona se acerca a la zona de interacción, provoca una reacción audiovisual que incluso se podría configurar para que reconozca rasgos de las personas que se acercan como la edad, el sexo, etc. y así mostrar productos más afines a la persona que se acerca. EEUU es pionero en esta tecnología y está repleto de vidrieras interactivas. En varios países de Europa también hay múltiples casos.

En nuestro país llegan un poco más tarde por cuestiones económicas y de importaciones. Durante todo este año y el que viene estamos trabajando en muchos proyectos con grandes marcas lo que genera que tengamos altas expectativas de crecimiento.

No falta mucho para que las personas salgan a “tocar” vidrieras e interactuar con ellas y que la misma fisonomía de las ciudades cambie por la incorporación de la tecnología en los locales comerciales.