El spot muestra personas que dejan que sus televisores antiguos se rompan para tener una excusa y comprarse uno nuevo. Como por ejemplo un padre que le da un martillo a su hijo, una mujer que le pide al marido que aspire aún más lejos para que el televisor caiga, una señora que deja que rebalse la bañera para que el agua lo queme, un hombre que tira la pelota con la que juega su perro debajo del TV o una nena que en vez de pegarle a la piñata lo hace con el aparato.
El comercial que contó con la realización de Oskar Bard de Hobby Films, fue lanzado en la semana del Black Friday y pudo ser visto en los canales de medios sociales de Samsung TV, incluyendo Facebook y YouTube.