Hace muy poco, Canadá escogió a su nuevo primer ministro Justin Trudeau, cuando le preguntaron porque el 50% de su gabinete de gobierno era femenino su respuesta fue sencilla: “porque estamos en el 2015”.
Parece que en nuestro sector -que se jacta de ser innovador y de marcar tendencias- se ha olvidado que estamos en 2015. A día de hoy, sólo el 3% de las directoras creativas son mujeres, un número vergonzoso que se incrementa ligeramente si bajamos a posiciones inferiores, tenemos un 11% de redactoras mujeres y un 9,6% de directoras de arte.
Los números hablan por sí solos, trabajamos en una industria discriminatoria y conservadora que a nivel de igualdad prácticamente no se ha movido desde los años 50. Está claro que el gap de género no es exclusivo de nuestra industria, se ha hablado mucho de la gran brecha de sexo que existe en el mundo de ingeniería y en todo ese parque temático de la innovación que es Silicon Valley, pero nosotros tenemos un problema mayor. Las universidades de ingeniería aún no están llenas de mujeres, las nuestras llevan años estándolo, de hecho Publicidad es una de las carreras con más peso femenino. Entonces, ¿Qué nos pasa? ¿Es una cuestión de talento? ¿ Somos las mujeres menos disruptivas o arriesgadas conceptualmente cómo opinan algunos? Lo siento pero no: la publicidad es una industria que se basa en la capacidad para tener ideas y el genero femenino lleva siglos dando escritoras, pintoras, compositoras, en definitiva conceptualizaras a la humanidad. No podemos creernos que sea más complejo a nivel conceptual pensar una campaña publicitaria que ganar un Nobel.
Está más que demostrado que el talento no tiene género. No creo que nos toque a nosotros como industria otorgárselo. Entonces ¿De qué se trata? ¿Tiene que ver con los horarios que se manejan en esta industria? El famoso 24/7 que se nos solicita, cuál cirujanos de urgencia, es según los estudios una de las variables que más influye en esta situación. Una variable que afecta tanto a hombres como a mujeres pero que en nuestro caso se vuelve más insostenible por todo lo vinculado con la maternidad. Pero un momento, ¿Habíamos dicho que estábamos en el 2015 no? Sí es así, un hijo es cosa de dos personas; no sólo de una.
Somos una industria que se ha sentido cómoda siendo desigual, que todos, hombre y mujeres, nos hemos acostumbrado a que sea así. Ahora, en este 2015, han empezado a surgir voces contrarias- iniciativas como The 3% Conference o los Glass Lions en Cannes- y ha habido un auge de campañas célebres con un enfoque claramente femenino ( el ejemplo más conocido:“ Like a Girld”) han generado un despertar repentino. Un despertar que espero no sea una tendencia más de esas que tantos nos gustan en este sector y sí el inicio de un cambio real, un cambio que necesita ya nuestra industria porque para entender de verdad al consumidor del 2015 necesitamos un departamento creativo más igualitario que genere ideas más compensadas y neutralice el uso de tópicos y estereotipos sexuales en ambas direcciones. En definitiva, no necesitamos más mujeres sólo por el hecho de serlo: necesitamos más talento, pero sólo si somos capaces de recordar que el talento no tiene género.
