Werner von Siemens definió al principio dinamoeléctrico como “Energía mecánica que se convierte en energía eléctrica, que se utilizará para la iluminación, procesos metalúrgicos, transmisión de energía y quizás futuros propósitos de los cuales todavía no somos conscientes”.
Esta innovación sentó las bases para la electrificación del mundo y colaboró con la llegada de la maquinaria eléctrica y su impacto fue duradero y fundamental, cambiando completamente los conceptos aceptados de tiempo y movilidad para toda la sociedad.
En 1879, Siemens presentó el primer tren eléctrico del mundo, en 1880 el primer ascensor eléctrico y en 1905 el primer automóvil impulsado eléctricamente.
En la actualidad, Siemens cuenta en su portafolio con bombas, ventiladores y compresores tanto para la industria de petróleo y gas como para plantas de agua y aguas residuales, industria química y minería. También ofrece laminadores y cintas transportadoras y provee aplicaciones para movilidad, como motores de tracción para trenes, tranvías y autobuses híbridos y eléctricos.
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