El humor es algo con lo que la pandemia no ha podido. No hemos conseguido confinarle y nunca ha dejado de estar en la calle, en los grupos de WhatsApp y en los rollos de papel higiénico…
A nivel individual, según Freud, el humor es una manifestación elevada de los mecanismos de adaptación del ser humano. Nos ofrece una visión desdramatizada del mundo y es uno de los mejores fármacos para el alivio de la desdicha. Nos ayuda a soportar la verdad.
Pero ¿dónde estaba el humor en las campañas de publicidad durante la pandemia?
Aunque individualmente hemos necesitado, sufrido y agradecido a partes iguales la retahíla de chistes con mayor o menor acierto, desde una perspectiva social “no estábamos de humor”.
Si recordamos nuestras emociones de los primeros días de la pandemia, no habríamos dado cabida a otro tono en el que la publicidad se fue moviendo. Las campañas de publicidad han ido reflejando la evolución de nuestras emociones. En esto es especialista. Poco a poco fue adaptándose y saliendo del barro (en algunas ocasiones del merengue) al igual que lo íbamos haciendo nosotros.
Comenzamos con los mensajes de unidad y esperanza con el buen ejemplo de la campaña de Bankinter. Hablando con claridad de la situación en la que estamos, nos hace una promesa de ayuda (dinero) para volver a la normalidad a través de su mensaje de compromiso social. Nos recuerda la importancia del esfuerzo que se estaba realizando en ese momento. Y siempre es más fácil hablar del dinero a través de una bella canción. Otro acierto.
Toda una lección de creatividad y realización en el comienzo de la era del teletrabajo. Empezamos bien. Según avanzábamos y nos saturábamos de azúcar, los anunciantes se iban atreviendo a inocularnos la insulina que necesitábamos: el humor. Pero había que hacerlo bien.
Volkswagen lo hizo. A la vez que nos ponía los pelos de punta tocando la libertad (cuando tu realidad se contraía en unos pocos metros cuadrados), nos devolvía una sonrisa recordando la ridiculez de los momentos caseros del confinamiento.
He tenido desde el principio curiosidad en conocer quiénes iban a ser los primeros en ir más allá. Cómo lo iban a hacer. En qué momento y de qué manera íbamos a volver a (no quiero decir la palabra, pero no me queda otra) la normalidad (venga, ya lo he dicho) en el tono publicitario.
Solo teníamos que aplicar la fórmula infalible: poner el tiempo a nuestro favor y esperar el mejor momento para hacerlo.
Y si a esto le sumas la elegancia de un buen texto y una correcta realización te sale la campaña de publicidad para combatir el coronavirus del gobierno alemán.
Hemos estado a la altura. ¿a ti te lo parece?
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