Siete modelos, que querían exhibir sus cuerpos, fueron parte de la exposición llevada adelante en una galería, a la que asistieron cientos de invitados, para deleitarse con obras poco típicas.
Las esculturas de carne y hueso, que fueron las verdaderas obras de arte, propusieron dejar atrás los tabúes, los prejuicios y el pudor, demostrando que con Skiny siempre se está listo para la ocasión, sin importar lo delicada que ésta sea.