Se tardó siete días en desarrollar la obra, en la que se utilizaron 150 litros de pintura a base de lúpulo, el equivalente a unos 454 cuellos largos de Stella Artois.

"Valoramos todo lo que inspira y conecta a las personas, como la gastronomía, el arte, la moda, la música y otros ámbitos de la creatividad, que refuerzan la conexión con lo más humano de todos nosotros. A través de nuestras manos, el lúpulo se convierte en arte", señala Guilherme Pérez, responsable de cultura de Stella Artois.

"La calidad de Stella Artois proviene de la cuidadosa selección manual de sus lúpulos nobles, un atributo que consideramos un arte. Crear una innovación, traer una tinta de lúpulo inédita en una acción junto a una artista como Aline Bispo es una forma de mostrar, de forma lúdica, el compromiso que la marca tiene con todos los detalles, desde la fabricación hasta las experiencias que proporciona", señala Luciana Cardoso, directora ejecutiva de creación de CP+B.