El Super Bowl, el evento televisivo más visto del planeta, acaba de pasar y, como todos los años, el gremio de la publicidad se reúne para ver y comentar los comerciales más costosos del mundo.
Esta edición LIX contó con alrededor de 80 comerciales pautados a un costo promedio de 8 millones de dólares por cada 30 segundos, sin contar producción ni casting, donde muchas marcas apostaron nuevamente por grandes estrellas de Hollywood, desembolsando cifras millonarias.
Este año, un par de cosas llamaron mi atención. Los tiempos de las sorpresas durante la noche del juego, cuando esperábamos los comerciales con ansias, parecen haber quedado atrás. Ahora, el impacto ha sido reemplazado por el hype como estrategia. Si bien esto no es nuevo, parece haberse convertido en la regla. Muchas marcas optaron por publicar sus spots online con anticipación, no solo en forma de teasers, sino también en su versión completa.
El otro aspecto interesante es el regreso del clásico storytelling, priorizando una buena historia por encima del simple uso de celebridades. Sin una idea clara ni un concepto sólido, los spots difícilmente están logrando destacar, y la mayoría de los rankings de este año lo confirman.
“First Delivery” de Budweiser, con su fantástica historia del potrillo Clydesdale, fue el spot votado como favorito por los fans, según la revista Forbes. Lays, con “The Little Famer”, dirigido por el aclamado Taika Waititi, brilla en el top 5 de Ad Meter. Hellmanns con “When Sally met Hellmanns” nos remontó a los 80 y a la clásica escena donde Sally finge un orgasmo, usando tanto la nostalgia como el humor como ingredientes escenciales en una buena historia, y demostrando que se puede conectar con diferentes generaciones con más de 1 millón de vistas, solo en el canal de youtube de la marca –Nada mal no?. Incluso Nike, en su regreso al Super Bowl tras 27 años sin anunciarse, apostó por el storytelling con “So Win”, un poderoso homenaje a las mujeres en el deporte. Un concepto sólido, combinado con estrellas del ámbito deportivo, hizo que el spot se volviera viral al instante.
El show del medio tiempo patrocinado por Apple Music, no se quedó atrás. Más allá de la música y el espectáculo, el show de Kendrick Lamar sorprendió con un magistral uso del storytelling, cargado de simbolismo, lo que generó una intensa conversación en redes sociales que aún continúa varios días después del evento.
Entre los spots que más llamaron mi atención, además de los ya mencionados, destaco lo que hizo Doritos con “Crash the Super Bowl”. La marca logró generar un enorme movimiento en redes meses antes del evento, apostando por algo atrevido: dejar su creatividad en manos de sus fans. El spot “Abduction” lo tiene todo: es divertido, simple y está impecablemente producido. Aplausos para una marca que hace lo que profesa “For the Bolds”.
Definitivamente, nuestra industria está en constante cambio, pero lo clásico nunca pasa de moda. No hay mejor manera de crear marca y conectar con la audiencia que con una buena historia, sin importar el formato. Si no, pregúntenle a Kendrick.
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