Bárbara Muschietti, productora ejecutiva y Agustín Berruezo y Andrés Muschietti (Doble Nelson), fundaron hace seis años en Barcelona Toma 78, una productora que desde entonces no ha dejado de crecer con propuestas fuera de lo común, entre ellas, la campaña de Aquaruis para Coca Cola, filmada junto a “La Colifata”, radio del Hospital psiquiátrico José T Borda. En esta nota, su análisis y proyecciones sobre su trabajo y el funcionamiento del mercado español. ¿Podrías hacer un balance de toma 78? -Bárbara Muschietti: Estamos súper contentos. Barcelona está atravesando un momento duro, porque las grandes cuentas siguen yéndose a Madrid, pero la verdad es que logramos un balance bastante sano al poder trabajar con las agencias más creativas de Barcelona. Como siempre, es más fácil trabajar en Madrid porque en Barcelona hay poca creatividad. Es una ciudad que valora más la estética y el diseño que el humor. Las agencias son mucho más modernas que las madrileñas que son mucho más clásicas. Pero nosotros estamos yendo muy a la nueva moda en España. -Agustín Berruezo: Para nosotros los proyectos más interesantes y divertidos, los que más calzan con lo que queremos hacer, vienen de Madrid porque son más ingeniosos. De Barcelona nos llegan ideas pero no resultan tan atractivas. ¿Trabajan con muchas agencias? BM: Trabajamos con muchas. Entre ellas, Sra Rushmore y McCann, con quien últimamente tuvimos una racha, pero por la calidad de trabajo que están haciendo y no por esclavismo. Realmente están logrando un muy buen nivel creativo incluso antes de que entrara Raposo (Leandro). AB: En general las agencias en España no tienen un gran poder de persuasión sobre el cliente y las personas de McCann que trabajan con nosotros sí tienen una actitud que va muy por encima del promedio creativo. BM: En general, aquí los creativos no se defienden mucho. Van a un cliente con la idea de recomendar a una productora y lo dicen en voz baja, casi en un suspiro. Hay mucho miedo por perder cuentas. Miedo y conservadurismo y por eso las agencias son tímidas para proponer ideas. Uno de los proyectos para Coca Cola trata sobre una parodia de un video de los 80 que nos costó hacer aprobar. Acá usan mucho la palabra freak, todo les parece freak, que para ellos significa malo. En este caso, teníamos el guión de una sátira y debíamos llevarlo hasta las últimas consecuencias para que fuera graciosa, pero constantemente nos pedían que no llegáramos al fondo y el problema es ese: quedarse a mitad de camino todo el tiempo y nosotros no queremos eso. Así que es una batalla constante por ganar. En este caso, contamos con un gran apoyo de la agencia que fue muy audaz. Lo que hacen los chicos en Toma 78 es bastante jugado. AB: Acá hay tanto miedo que quizás se echan atrás y después no nos dan la producción. Al principio, cuando vinimos de Argentina, nos pasaba con casi todos los trabajos. Nuestros chistes eran demasiado arriesgados, estaban en el límite, entonces les daba mucho miedo. AM: Y esto sigue pasando porque todavía se relaciona a la creatividad argentina con el traspaso de los límites. ¿Qué aspectos priorizan a la hora de aceptar propuestas de trabajo? AM: Tenemos que engancharnos con algo, desde las posibilidades de filmación o el desafío del proyecto. La propuesta tiene que hacernos reír y sólo producimos las mejores y más divertidas ideas. Sin embargo no llegan muchas de este tipo, al ver los guiones que nos envían no nos morimos de risa ni mucho menos. ¿Cómo es su sistema de trabajo? AM: Cuando recibimos las ideas nos ponemos a trabajar por separado y cada uno hace sus elucubraciones personales para debatirlas más tarde. A veces hablamos del proyecto sin que nadie haya pensado nada antes y arrancar desde cero también tiene sus ventajas. Lo que está bueno, aunque genere más fricción, es que se produzcan choques entre las interpretaciones del guión. En ese caso el resultado es una fusión de ideas, donde es importante que todos entiendan que una idea ajena puede ser mejor que una propia. Esto es una ventaja respecto a los realizadores solitarios, que se pierden de un ping pong muy enriquecedor que se genera al tomar decisiones compartidas. AB: Con Andy intentamos ser siameses porque así el trabajo es más divertido y las presiones se dividen o incluso desaparecen. Aparte está la motivación de la propuesta. En el caso de Aquarius nos atraía el hecho de ir a Argentina y filmar en el Borda con La Colifata. No nos faltaba ningún argumento para no hacerlo. No era un chiste, pero tenía mucha gracia. Si sale un proyecto que no tenga nada que ver con el humor pero tiene tanta energía alrededor, nos embarcamos porque está buenísimo. Acabamos de hacer un trabajo con Estopa, que no tienen nada que ver con publicidad pero nos entusiasmamos porque al ser un trabajo distinto es sumamente motivador y disparador de nuevas ideas. BM: El tipo de películas que atraen a los chicos de Toma 78, son las distintas, las que no tienen el humor de siempre. Aquarius, es un ejemplo de un film muy original. Los chicos son muy buenos en humor, pero tienen a la vez un registro enorme. ¿Cuáles son los proyectos para lo que queda del año? AB: Hay una propuesta para Coca Cola, otra de “La primitiva” que se llama “El eterno regreso de Pancho” y otro trabajo para Ala. También realizaremos un trabajo junto *SCPF para el producto Evax y una nueva producción para Mango, con quien ya hemos hecho otras dos campañas y esta vez esta vez trabajaremos junto a un esteta puro que hace películas preciosas. Por otro lado, Sony se interesó en un trabajo nuestro para Estopa y nos ofreció hacer unas tiras para televisión, piezas de cuatro minutos, en principio, para ponerlas entre el término de un programa y el siguiente. La propuesta es muy atractiva y la desarrollaríamos junto a Estopa, ya que fue a partir de un trabajo junto a ellos que Sony nos llamó. AM: Además, está el proyecto personal de una película de terror, a filmar en paralelo con el trabajo de la productora. La idea es rodarla el año que vienen en Barcelona con una producción bastante acotada y sólo tres personajes. Tenía una idea más grande, pero no era viable para una ópera prima porque necesitaba más producción e inversión. AB: De todas maneras, nuestra visión a futuro es de acá a tres meses. Todos los proyectos terminan posponiéndose de su fecha original y entonces no podemos planear a muy largo plazo. En agosto vamos a hacer un parate, para ir a rodar a otros territorios. Hay muchas ganas de ir a Argentina, donde la creatividad es de fábula. ¿Qué diferencias encuentran con el mercado argentino? BM: En España hay muchos clientes que temen asociar el humor a su marca porque creen que descategorizan al producto. AM: Esto en Argentina es muy diferente porque allá el humor es una de las cosas más importantes y debe haber algo en los anuncios que haga reír a la gente, algún elemento con el que identificarse. En la publicidad argentina, el costumbrismo es un pilar fundamental y acá es todo lo contrario, para ellos el costumbrismo es feo, no es aspiracional y es lo que todo cliente quiere evitar. Nosotros tendemos al absurdo y es lo que da mejores resultados; el humor “fácil” se olvida. De todas maneras, el tipo de propuestas que más nos llegan son las de humor fácil, pero aprendimos a decir que no porque llegamos a un lugar desde el que podemos elegir. Por eso no nos casamos con agencias, ni con creativos. Lo importante es seguir haciendo películas buenas. * El spot de La Colifata: