-¿Qué te llevó a aceptar la invitación para trabajar en Geometry Argentina?
-La verdad es que venía trabajando con la agencia hace un año aproximadamente, exclusivamente para Volkswagen, ya que la marca en Argentina estaba en pitch y, además, la agencia venía trabajando con varios productos de la marca. La posibilidad surgió por un crecimiento lógico de la agencia, en Argentina, en la región y en el mundo. Desde el primer día que fui convocado por Germán Yunes, CEO de Latam, me sentí muy a gusto y con un fuerte respaldo. Luego, conocí a Karina Aiello, General Manager de Argentina, y me pasó lo mismo. Ellos me transmitieron su entusiasmo y sus ganas de seguir creciendo.
-¿Cuáles serán los mayores desafíos?
-Son varios. Apuntar a desarrollar trabajos de un gran nivel creativo con los clientes que hoy tenemos y hacer crecer el negocio sumando nuevos clientes y proyectos, pero siempre con un fuerte foco en la creatividad.
-¿Cuáles son los principales clientes de la agencia hoy? ¿Y los mayores retos con cada uno de ellos?
-Hoy trabajamos con Volkswagen, Tarjeta Naranja, Coca-Cola, BAT, Wendys, KFC, KCP (Kimberly Clark Professional) y Hellmanns, entre otros. También estamos en varios pitches relevantes ahora. Particularmente, primero los tengo que ir conociendo y familiarizándome con cada uno de ellos, para entender a fondo sus problemáticas y así, no solo responder a sus pedidos, sino visitarlos con soluciones a necesidades puntuales que detectamos que tienen.
-¿Cómo buscan nuevos negocios? ¿Valoran los contratos por proyecto o te parece más interesante, relaciones de más largo plazo?
-Hablo desde mi corta estadía en la agencia. Por supuesto, hay personas específicas en la búsqueda de nuevos negocios, pero todos aportamos nuestros contactos o ex clientes, con los que generamos un vínculo, para ofrecerles que estemos juntos acá también. No hay nada mejor que trabajar con gente que conocés, entendés y ya tenés creada una relación previa. La verdad es que nuestros pitches son variados. Algunos clientes buscan una relación a largo plazo, pero muchos trabajan por proyectos. Me motivan ambas relaciones laborales. Pero, sin duda, tener un cliente a mediano y largo plazo logra un entendimiento mayor y genera un fuerte vínculo. Si me preguntan, prefiero eso.
-¿Dónde busca inspiración? ¿Cuáles son tus principales referencias en la industria creativa global?
-La inspiración la busco, principalmente, en la observación. Soy un obsesivo del “estar atento” y también de la innovación. Es un terreno del cual soy fanático y apasionado. Mis referentes en la industria creativa son principalmente “startuperos” que lograron generar un cambio de hábito en la gente positivamente, digamos. Si pensás de acá a 15 años para atrás, no podés creer cómo pasábamos el día sin todas las cosas que hay hoy y que son habituales en nuestra cotidianidad. El otro día esperaba a alguien en un bar y pensaba: “Qué hacíamos antes en un bar mientras esperábamos a alguien sin tener celular?”. Es loco pensarlo, pero no fue hace tanto eso.
-Empezó a cosechar premios desde muy temprano. ¿Cuál es la importancia de los mismos para la creatividad? A nivel personal, ¿cómo hacer para no volverse adicto al reconocimiento?
-Con el tiempo fui entendiendo de qué se trata. Más que pensar en los premios, pienso en ayudar y generar un espacio donde el nivel de las ideas puedan estar a la altura de competir por uno. Digamos que persigo ese nivel alto más que el premio. Con esto quiero decir que si nuestra vara es alta, más cerca de los premios estaremos. Por supuesto que me gusta ganar en todo y los premios no son una excepción. También es un mimo ganar, un reconocimiento, etc. Pero me gusta cuando ganamos y estamos todos contentos: el equipo, el cliente, uno mismo, etc. Ahí es el momento máximo y la culminación de un trabajo bien hecho.
-¿Qué consejos da a las nuevas generaciones en relación a este tema?
-El consejo creo que es ese, siempre intentar pensar a ese nivel y no específicamente para un festival. También influye mucho la red en la que estás, cuánto poder económico tenés en cuanto a diversificación de piezas, cantidad de inscripciones, etc. No hay que volverse loco para nada pero si tenerlo en la mira, caminar hacia ahí, porque si llegaste a la puerta de un festival con un gran laburo va a ser meas fácil ganarlo. Y por último, la proactividad. Eso sirve mucho para duplicar la cantidad de trabajos en los que podés pensar y cuando vas a un cliente con una proactividad que resuelva alguna problemática que tenga, para un cliente es fantástico e inesperado, pero para eso tenés que conocerlo muy bien.
-¿Cómo definirías el estilo de liderazgo de Tony Waissmann?
-Intento generar empatía con la gente, armar equipos, entender quién es mejor para cada cosa, qué lo motiva a cada uno, rodearme de gente que sabe cosas que yo no sé, etc., y, a partir de ahí, generar un contexto para que las cosas sucedan. Menos ideas en el desktop, más en la vida real. Lucho por eso y también porque el lugar de laburo sea un lugar ameno, donde, desde mi lugar, haga todo lo posible para que la gente esté contenta, porque estoy seguro que con eso resuelto, la calidad creativa del trabajo siempre será mejor.
-¿Cómo evolucionó el rol de CCO de la época en que arrancaste tu carrera hasta los días de hoy?
-Totalmente. Antes eran estrellas de rock, hoy somos gente menos fluorescente. Eso no sé si es bueno o no, pero creo que hoy es así. También tiene que ver con que antes la publicidad era un tema que se hablaba en las mesas del bar, en la cena de la familia a la noche. La gente que no estaba en esto disfrutaba de la publicidad y siempre generábamos un tema de conversación. Hoy la publicidad es más parecida a un obstáculo y a lo que la gente odia. De todas maneras, el rol dentro de la agencia es similar, pero un poco más horizontal.
-¿Cuáles son los mayores desafíos de la industria creativa hoy?
-La industria creativa está en el mejor de los momentos. Y no solo de la publicidad. El poder cruzar hoy tantas disciplinas, tecnologías y poder utilizarlas a todas es impresionante. Contrario a lo que muchos dicen, como “está todo inventado”, siempre pienso que está todo por crearse, inventarse, etc. Es fascinante el mundo de las ideas y me vuelve loco pensar en todas las que faltan crear aún.
-Teniendo en cuenta su experiencia como profesor, ¿cómo definiría a las nuevas generaciones? ¿Cuáles son sus puntos fuertes y débiles?
-Fui profesor 12 años. Hoy me cruzo con muchos ex alumnos. Es impresionante. Fue una gran etapa de mi vida. Hoy siento que el interés por estudiar publicidad cayó bastante. Por otro lado, somos generaciones absolutamente diferentes. Antes nos encantaba estar mil horas para sacar una buena idea y buscar esa perla durante horas y horas, días y días. Ahora prefieren dedicarle menos horas a esa cosa; pero está bien, tal vez ellos estén en lo correcto y seamos nosotros los equivocados.
-¿Cuáles son los mayores desafíos del proceso de integrar mentes creativas con mentes más tecnológicas dentro de las agencias, una de las exigencias de los nuevos modelos creativos?
-Si hay algo que no cambió nunca fue la generación de buenas ideas y eso es lo que marca una diferencia. La tecnología nos llenó de recursos, opciones y medios, donde las ideas pueden correr, apoyarse y jugar. Tener gente que sepa de eso no es solo estimulante sino indispensable. Por eso, antes hablaba de rodearse de gente que sabe de algunas cosas mucho más que uno. Hoy pienso una idea y puedo llamar a alguien que me cuente cómo la puedo llevar a cabo, utilizando una u otra tecnología y, si no se puede, cómo tendría que modificarla para que sí se pueda. De todas maneras, a la larga, sin una idea no hay nada, cero.
-¿Cómo cree que la Inteligencia Artificial impactará en los procesos creativos?
-Pondrás el brief en una bending machine y saldrá el aviso por el hueco, supongo. Por suerte, siempre tengo proyectos paralelos, por si eso pasa.