En el marco del aislamiento debido al Covid-19 en Colombia y Latinoamérica, las personas tuvieron que enfrentarse a las compras online, que se transformaron en fundamentales, tanto que este canal, prácticamente, era la única manera de acceder a los productos del mercado. Este contexto transformó la relación de los usuarios con este método de compra. Ahora, terminado el confinamiento obligatorio, el ecommerce sigue teniendo un lugar favorable, siendo tecnología, belleza, hogar y moda varias de las categorías más recurrentes en los carritos.

Frente a generaciones de experimentaron los beneficios de comprar de manera online, en donde el aislamiento no era un obstáculo, Linio tiene como objetivo seguir captando toda la atención.

Con un tono que se aleja de lo convencional, que es un sello de la marca, la campaña refleja la emoción de comprar y el vínculo que se crea con los productos, al punto de que estos se transforman en seres que se vuelven parte de nuestra vida cotidiana, interactuando con los mismos de manera surrealista, como si cambiáramos el chip y pudiéramos ver todo de otra manera diferente: ese es el chip de comprar en Linio.

La campaña cuenta una serie de historias que, mediante el humor absurdo e impredecible, va de lo real a lo irreal y abarcan las categorías más top de Linio, con sus productos como protagonistas.

La campaña viajó a través de Latinoamérica de manera integrada, en Colombia, Mexico, Perú y Chile, a partir de una estrategia 360 compuesta por estas piezas digitales y en medios ATL, que son consistentes con el discurso de la marca enfocado siempre en darle razones a la gente para creer que no es lo mismo comprar en línea, que comprar en Linio.

"En Linio estamos en constante evolución y en esta campaña apostamos por innovar y sorprender a nuestros clientes con una propuesta que se basa en un mundo surreal y que invita a echar a volar la imaginación" comentaron desde el equipo de mercadotecnia de Linio.