En 1972, el arquitecto austríaco Herold de Poul, construyó un edificio en Buenos Aires. Durante la ceremonia de inauguración, de Poul, hombre de pocas palabras en su idioma y de casi ninguna en castellano, se acercó al atrio, acomodó el micrófono y dijo: "Mi obra maestra".
La frase, concisa y colmada de orgullo, contrastaba fuertemente con lo que presentaba: un edificio aparatoso, parecido a muchos otros edificios de Buenos Aires. Los presentes aquel día, se burlaron de Herold y de su edificio que nada tenía de especial.
Luego de este episodio, los departamentos empezaron a habitarse lenta y espaciadamente. Recién en 2009, el edificio se ocupó por completo cuando una familia numerosa se instaló en el noveno piso.
Fue ese mismo año que las palabras de Herold de Poul se llenaron de sentido.
Un domingo de frío, la señora del noveno decidió hacerle unos Brownies Exquisita a su familia, para alegrar la tarde. Puso la preparación en el horno, el timer en 30 minutos y en ese momento, el piso 9 sonrió.
En ese sonriente piso 9, transcurre el nuevo comercial de Madre para Brownies Exquisita. Dirigido por el director sudafricano Mitch Stratten de Hungry Man y producido por Úrsula y con post-producción de Che Revolution Post.