La idea sorprendió a los jurados, presididos por Mike Rogers, Socio Creativo de Serviceplan Health and Life, por la importancia que representó para la comunidad afgana. En áreas remotas del país, la falta de instrucción y los prejuicios en contra de las vacunas provocaban un grave problema. Solo el 50% de los niños concluían todo su ciclo de vacunación. Otro problema era la falta de registros sobre la inmunización, ya que la mayor parte de los padres no controlaba las vacunas de sus hijos.
Para solucionar el problema McCann Health Nueva Delhi, India, utilizó una tradición local. Una pulsera que se utiliza en los niños para alejar las “fuerzas del mal” ahora las protege de las enfermedades. Los llamados “charms” de la inmunidad están hechos de piezas de colores en que cada color indica el código de una vacuna específica. Así a cada vacunación, la pulsera va ganando más colores. La idea ayudó a mejorar los indicadores de vacunación en niños de Afganistán y ahora se vuelve conocida en todo el mundo como el primer GP de Cannes 2017. Es una prueba más que las buenas ideas pueden de verdad mejorar e, incluso, salvar el mundo.